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DICASTERIO PARA LA DOCTRINA DE LA FE

 

1 de agosto de 2024

El amor de María en Vailankanni (India)

Carta a Mons. Sagayaraj Thamburaj, Obispo de Thanjavur

 

Excelencia Reverendísima,

La fiesta del Santuario de Nuestra Señora de la Salud, una devoción que se remonta al siglo XVI, se está aproximando.

Hay hermosas tradiciones que se atribuyen a los encuentros que la Virgen tuvo con muchachos pobres y enfermos en este lugar de culto. De este modo, se manifiesta visiblemente la ternura y la cercanía de María, a quien Jesús quiso legarnos como Madre de todos.

Por su intercesión, Jesucristo derrama a menudo su fuerza y devuelve la salud a los enfermos. Por eso, en 2002, San Juan Pablo II quiso que se celebrara allí la Jornada Mundial del Enfermo. Así, la misma Virgen María que se manifestó en Lourdes se manifestó también en la India como Madre de la Salud.

No es sólo una cuestión de salud corporal, sino que toca también al alma. Contemplando la imagen de María, todos podemos reconocer el amor de Jesucristo que puede curar nuestras tristezas, nuestras angustias y nuestros miedos. Si nos detenemos ante María, aunque sea en un breve momento de fe y amor, su mirada maternal nos devuelve la paz.

El primer testimonio, que es muy antiguo, está cargado de un rico simbolismo, porque el muchacho, al que se apareció María, le ofreció la leche que traía consigo para el Niño que ella llevaba en brazos. Era una expresión de la generosidad de quien está dispuesto a dar algo a los demás, desde su propia pobreza. No hace falta tener mucho para ser generoso. Que esta llamada a compartir, a ayudar, a estar cerca de los que nos necesitan resuene siempre en este lugar. María ama la generosidad de sus hijos, que ponen en práctica las palabras de Jesús: «cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis» (Mt 25, 40).

A lo largo de los siglos, María ha seguido actuando en este lugar. Algunos marineros portugueses contaron cómo la Virgen les protegió de una tormenta en el mar y, a partir de entonces, decidieron construir la iglesia. No podemos dejar de recordar cómo, en el tsunami del océano Índico en 2004, las aguas destructoras no dañaron la iglesia.

Los millones de peregrinos que viajan hasta aquí movidos por la fe, y los numerosos frutos espirituales que se producen en el Santuario, dan testimonio de la acción constante del Espíritu Santo en este lugar.

Muchos peregrinos no cristianos que acuden en busca de consuelo se hacen eco de testimonios similares. Algunos de ellos se curan de sus enfermedades y muchos encuentran paz y esperanza. Sin duda, el Espíritu Santo actúa también en ellos, respondiendo a la intercesión de María. Esto no debe considerarse como una forma de sincretismo o mezcla de religiones. El Santuario es un lugar donde se manifiesta la cercanía de María, que acoge a todos y demuestra el amor del Señor a quienes la contemplan. A quienes no pueden recibir los sacramentos de la Iglesia católica no se les niega el consuelo de la Madre de Jesús.

Junto con el Santo Padre, el Papa Francisco, recuerdo la belleza espiritual de este lugar de fe. Al Santo Padre le importa mucho la piedad popular de los fieles peregrinos, porque refleja la belleza de la Iglesia en salida que busca a Jesús en los brazos de María y confía su dolor y su esperanza al corazón de Su Madre. Por este motivo, el Papa Francisco me ha pedido que os comunique el gran aprecio que siente por este lugar de fe y, en preparación de las celebraciones de septiembre en el Santuario, extiende su paterna bendición a todos los peregrinos.

Con fraternal afecto en el Señor,

Víctor Manuel Card. FERNÁNDEZ
Prefecto

EX AUDIENTIA DIEI 01.08.2024
Franciscus