[EN - ES - FR - HI - IT - PT] CONSEJO PONTIFICIO PARA EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO MENSAJE PARA LA FIESTA DE DEEPAVALI 2021 Cristianos e hindúes: Llevemos juntos la luz a la vida de las personas en tiempos de desesperación Queridos amigos hindúes: El Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso os envía su más cordial saludo con motivo del Deepavali, que este año cae el 4 de noviembre. Que esta fiesta, incluso en medio de la ansiedad y la incertidumbre de la pandemia, con las crisis planetarias que la acompañan, dé alivio a vuestras vidas, hogares y comunidades con la esperanza de un futuro mejor. Más allá de las cicatrices, aún frescas en nuestras mentes, causadas por la primera y la segunda oleada de la pandemia, que han arrebatado a las personas la vida y la vitalidad, en todos nosotros, de una manera u otra y a diversos niveles, reina un sentimiento de resignación, desesperación e impotencia ante la devastación producida en el mundo a causa de diversos factores, que van desde el terrorismo hasta la degradación ecológica. La consecuencia no es sólo que las personas estén atemorizadas, sino que el malestar y la desesperación crecen. Es en este contexto que —continuando nuestra querida tradición— queremos compartir con vosotros algunas reflexiones sobre cómo los cristianos y los hindúes podemos llevar una luz de esperanza a la vida de las personas en tiempos tan difíciles. Si en medio de los oscuros nubarrones de la actual pandemia, que ha causado sufrimientos y traumas indecibles a las personas, ha habido signos luminosos de solidaridad y fraternidad, tenemos la oportunidad de demostrar que podemos estar "juntos" para superar todas las crisis con decisión y amor, incluso las aparentemente insolubles. La fuerza de la solidaridad mostrada para aliviar el sufrimiento y ayudar a los necesitados, más aún con carácter y responsabilidad interreligiosos, manifiesta la luz de la esperanza y subraya la respuesta que los miembros de todas las tradiciones religiosas están invitados a ofrecer en tiempos de desesperación y oscuridad. Llevar la luz a la vida de las personas junto con la solidaridad interreligiosa también confirma la utilidad y el gran recurso que representan las tradiciones religiosas para la sociedad. La creciente conciencia de la necesidad de estar con los demás y de pertenecer los unos a los otros en el actual período pandémico reclama que busquemos cada vez más formas de llevar la luz de la esperanza allí donde existe discordia y división, destrucción y devastación, privación y deshumanización. Sólo creciendo en la conciencia mutua de que todos somos parte de los demás, de que somos hermanos entre nosotros (cf. Papa Francisco, encíclica Fratelli tutti. Sobre la fraternidad y la amistad social, 3 de octubre de 2020) y que compartimos una responsabilidad mutua por los demás y juntos por el planeta, nuestra "casa común", podemos intentar salir de todo tipo de desesperación. Es más, mediante la interdependencia y la actuación solidaria con los demás, saldremos mejor de cualquier crisis. Incluso los problemas globales urgentes que amenazan con romper la armonía entre la naturaleza y las personas y la coexistencia armoniosa de los pueblos, como el cambio climático, el fundamentalismo religioso, el terrorismo, el hipernacionalismo y la xenofobia, pueden abordarse eficazmente porque estos problemas nos afectan a todos. En tiempos de crisis, ya que las tradiciones religiosas, depositarias de siglos de sabiduría, tienen el poder de levantar nuestros espíritus atribulados, también tienen la capacidad de ayudar a los individuos y a las comunidades a orientar la brújula de sus vidas hacia la esperanza, mirando más allá de su desesperación actual. Sobre todo, instruyen e invitan a sus miembros a ofrecer ayuda, con todos los medios a su alcance, a quienes son presa de la desesperación, llevándoles esperanza. Por lo tanto, es tarea de los líderes y las comunidades religiosas cultivar el espíritu de fraternidad entre sus seguidores para ayudarles a caminar y cooperar con personas de otras tradiciones religiosas, especialmente en tiempos de crisis y calamidades de todo tipo. Según el Papa Francisco, la fraternidad «es el verdadero remedio a la pandemia y a muchos males que nos han golpeado» (Discurso a los miembros del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, 8 de febrero de 2021). La responsabilidad interreligiosa de unos y otros es un medio seguro para fortalecer la solidaridad y la fraternidad entre nosotros y llevar alivio a los afligidos y esperanza a los que sufren. Como creyentes arraigados en nuestras respectivas tradiciones religiosas y como personas que comparten una visión de responsabilidad común hacia la humanidad, especialmente hacia los que sufren, nosotros, los cristianos y los hindúes, individualmente y en conjunto, y uniéndonos a personas de otras tradiciones religiosas y de buena voluntad, debemos esforzarnos por llegar a los que están desesperados, para llevar luz a sus vidas. Os deseamos un feliz Deepavali. Cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, MCCJ Presidente Rev. Mons. Indunil Kodithuwakku Janakaratne Kankanamalage Secretario ________________ Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, 29 de octubre de 2021. |