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DISCURSO DE S. E. MONSEÑOR PAUL RICHARD GALLAGHER
CON MOTIVO DEL DIÁLOGO DE ALTO NIVEL DE LA ONU
SOBRE LA ENERGÍA

Nueva York, 24 de septiembre de 2021

 

Señor Presidente:

La Santa Sede le agradece que haya convocado este Diálogo de Alto Nivel sobre la Energía en un momento en que la realización del Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 es cada vez más urgente.

Acceso: tecnología, infraestructura, asequibilidad    

En la actualidad, 759 millones de personas viven sin electricidad[1]. Tal y como se recoge en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, para eliminar la pobreza y el hambre debemos garantizar que todas las familias y hogares tengan un acceso suficiente a una energía asequible y fiable. Esto significa promover sistemas energéticos y micro-redes para los “consumidores finales” a nivel local y dotar a las comunidades de infraestructuras energéticas duraderas. Inculcar el respeto hacia las culturas locales y garantizar que sean capaces de gestionar y mantener sus propios recursos energéticos, de acuerdo con el principio de subsidiariedad, es vital y evitará las dependencias explotadoras de las grandes redes y burocracias energéticas[2].

El acceso a la energía también depende de la asequibilidad y el precio. Los pobres, incluidos los que se encuentran en la periferia de la sociedad en los países desarrollados, a menudo no pueden permitirse la energía necesaria para la vida diaria. Por lo tanto, es esencial que los precios de la energía sean razonables, que las prácticas empresariales sean éticas y que se concedan subvenciones a los más pobres[3].

Impacto negativo de la producción/consumo en el planeta y en los pobres

Mientras nos esforzamos colectivamente por garantizar el acceso a la energía para todos, debemos tener en cuenta el impacto resultante en el medio ambiente. La extracción, la transformación, el transporte y el consumo de combustibles fósiles y de energía sucia dañan el aire, el agua, el suelo, los ecosistemas y el clima.

Al igual que el acceso a la energía no está distribuido de forma uniforme, tampoco lo están los efectos negativos de la producción de energía. Su impacto desproporcionado en los pobres y en los que se encuentran en situación de vulnerabilidad, en algunas circunstancias provoca malestar social, impactos negativos en la salud, conflictos y numerosas violaciones de los derechos humanos. Además, el cambio climático altera el sector agrícola, agrava la inseguridad y la escasez de agua y aumenta la exposición a fenómenos meteorológicos extremos, destruyendo los medios de subsistencia y obligando a muchos a abandonar sus hogares y emigrar.

Transición energética 

Una transición energética justa debería perseguir una producción, gestión y consumo de energía más inteligentes, eficientes y pacíficos, especialmente en aquellos ámbitos en los que es más probable que se desperdicie la energía. La producción de bienes desechables, los productos de baja calidad, los artículos de un solo uso y otras estrategias comerciales que desperdician energía a propósito son síntomas de una “cultura del descarte”. A la luz de esta realidad, los mayores consumidores de energía tienen la obligación de analizar su impacto en “aquellos que todavía no pueden vivir de acuerdo con su dignidad humana”[4]

La transición a una energía accesible y limpia es un deber que tenemos con millones de nuestros hermanos y hermanas en todo el mundo, especialmente con los pobres, incluyendo a las generaciones que aún están por venir. “La civilización requiere energía”, ha señalado el Papa Francisco, “¡pero el uso de la energía no debe destruir la civilización!”[5].

Gracias, señor Presidente.

 

[1] UNDESA, Theme Report on Energy Access: Towards the Achievement of SDG7 and Net-Zero Emissions, 2021.

[2] Ver: Interdicasterial Working Group of the Holy See on Integral Ecology, Journeying Towards Care for our Common Home: Five Years After Laudato Si’, (Ciudad del Vaticano 2020)

[3] Ver: Interdicasterial Working Group of the Holy See on Integral Ecology, Journeying Towards Care for our Common Home: Five Years After Laudato Si’, (Ciudad del Vaticano 2020)

[4] Papa Francisco, Laudato si', 193

[5] Papa Francisco, Discurso de Su Santidad el Papa Francisco a los participantes en la conferencia”Transición energética y cuidado de nuestra casa común”, 9 de junio de 2018.


Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, 25 de septiembre de 2021.