PALABRAS DEL CARDENAL TARCISIO BERTONE AL SEÑOR DANIEL OSVALDO SCIOLO, VICEPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA ARGENTINA Buenos Aires Sábado 10 de noviembre de 2007 Excelencia: Ante todo deseo agradecerle la amable cortesía con la que ha querido recibirme hoy, con motivo de mi visita a la comunidad eclesial argentina. Asimismo, me es grato expresarle el deferente saludo de Su Santidad Benedicto XVI, junto con sus sinceros votos por el progreso moral y material de esta nación. La Iglesia, en su magisterio social, invita a los cristianos a participar de manera activa en el desarrollo de su propio país, cooperando al mismo tiempo en la construcción de un orden internacional en el que se respeten las legítimas libertades y se fomente una verdadera fraternidad entre todos los pueblos. A ello están llamados no sólo los cristianos sino también todas las personas de buena voluntad. La República Argentina, que a lo largo de los siglos ha ido forjando su propia identidad, rica por tantos valores históricos y marcada por sus profundas raíces cristianas, busca tener un peso específico en el concierto de las naciones. A este respecto, espero vivamente que el Gobierno alcance los objetivos prefijados con vistas a un verdadero desarrollo y progreso del país, que tenga en cuenta la prioridad y la importancia de los valores éticos, tan arraigados en la tradición religiosa y cultural de sus gentes. Para este objetivo y para la gran causa de la paz y la armonía entre los pueblos podrá contar siempre con la estrecha colaboración de la Santa Sede y de los obispos de esta nación. Gracias de corazón, señor vicepresidente de la República, por su acogida y por las amables atenciones que me ha dispensado. Pido al Señor que le ilumine en el desempeño de su alta misión política |