ALOCUCIÓN DEL PAPA BENEDICTO XVI
AL CURSO DE VERANO DEL OBSERVATORIO ASTRONÓMICO VATICANO
Sala del Consistorio
Lunes 11 de junio de 2007
Queridos amigos:
Me alegra saludar a la facultad y a los estudiantes del XI curso de verano del Observatorio astronómico vaticano, y agradezco al director, padre José Funes, las cordiales palabras de saludo que me ha dirigido en vuestro nombre.
Desde su creación, en 1891, el Observatorio astronómico vaticano ha tratado de demostrar el deseo de la Iglesia de acoger, alentar y promover el estudio científico de acuerdo con su convicción de que "la fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad" (Fides et ratio, Introducción). Los padres y hermanos jesuitas que forman el equipo del Observatorio no sólo se dedican a la investigación astronómica; también brindan oportunidades pedagógicas a la nueva generación de astrónomos. El curso de verano del Observatorio astronómico vaticano es un signo concreto de ese compromiso.
En este mes tenéis programado el estudio de los planetas extrasolares. Sin embargo, además de vuestra ardua investigación, tendréis la valiosa oportunidad de aprender juntamente con otros estudiantes de veintidós países diversos. La amplia variedad de vuestras experiencias individuales y de vuestras tradiciones culturales puede ser fuente de gran enriquecimiento para todos vosotros. Os animo a aprovechar al máximo esta experiencia y os expreso mis mejores deseos, acompañados de mi oración, para que vuestra pequeña comunidad internacional sea un signo prometedor de una mayor colaboración científica en beneficio de toda la familia humana.
Ojalá que en los próximos días encontréis consuelo espiritual en el estudio de las estrellas que "brillan alegres para el que las ha creado" (Ba 3, 35). Sobre vosotros y sobre vuestras familias invoco de corazón las bendiciones divinas de sabiduría, alegría y paz.
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