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CARTA DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A MONS. VASCO GIUSEPPE BERTELLI, OBISPO DE VOLTERRA

 

Al venerado hermano
Mons. VASCO GIUSEPPE BERTELLI
Obispo de Volterra

Me ha alegrado saber que esa diócesis se dispone a recordar con celebraciones especiales la visita pastoral que, hace diez años, tuve la dicha de realizar a la antigua y noble ciudad de Volterra.

Conservo un vivo y grato recuerdo de la cordial acogida que me dispensó la comunidad volterrana, de los diversos encuentros que tuve con los fieles y los ciudadanos, y del fuerte testimonio de fe con que Volterra ha sabido honrar la rica herencia cristiana de que es depositaria. Espero que el propósito de volver con la mente y el corazón a aquella feliz jornada lleve a esa diócesis a reavivar los vínculos de comunión eclesial que ha mantenido con Roma ya desde los primeros tiempos del cristianismo, es decir, desde que la Providencia llamó a san Lino mártir, originario de Volterra según la antigua tradición, a suceder inmediatamente al apóstol san Pedro en la guía de la Iglesia de Roma. Deseo de corazón que la Iglesia de Volterra conserve íntegra y siga acrecentando esa larga tradición de fe apostólica y de cercanía espiritual a la Sede de Pedro.

Venerado y querido hermano, quiero renovar hoy la exhortación que hice hace diez años, con ocasión de mi visita: «Deseo que vuestra Iglesia de Volterra sea de verdad una familia: la familia de Dios» (Discurso a los representantes de la Iglesia local, 23 de septiembre de 1989: L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 8 de octubre de 1989, p. 8). Que esa comunidad diocesana experimente de verdad, con la contribución efectiva de todos sus componentes, una vida de comunión cada vez más intensa ―una vida de familia― para testimoniar eficazmente, en este último tramo del siglo, el mensaje de la salvación y cruzar el umbral del tercer milenio interiormente renovada y dispuesta a afrontar los desafíos de la nueva evangelización.

Con estos sentimientos, a la vez que encomiendo las alegrías y las esperanzas, los propósitos y los compromisos de la amada Iglesia de Volterra a la intercesión celestial de la Virgen, venerada particularmente en la antigua catedral, y de san Lino mártir, patrono de la diócesis, le imparto con afecto a usted, venerado hermano, al clero, a las personas consagradas y a toda la comunidad volterrana, la bendición apostólica.

Castelgandolfo, 23 de septiembre de 1999, fiesta de San Lino, Papa y mártir.

JUAN PABLO II



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