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PONTIFICIO CONSIGLIO PER LA FAMIGLIA

EL CARDENAL ENNIO ANTONELLI:
UNA VIDA AL SERVICIO DE LA IGLESIA

 

Ennio Antonelli, Cardenal desde el 21 de octubre de 2003, es el Presidente del Pontificio Consejo para la Familia desde el 7 de junio de 2008. Nació en Todi, una ciudad de la bellísima región de la Umbria en Italia, el 18 de noviembre de 1936.

Luego de sus primeros estudios en su ciudad natal, ingresó al Seminario Episcopal de Todi donde cursó la "media" y el "ginnasio". Más tarde hizo sus estudios de "Liceo classico" –Bachillerato- en el Pontificio Seminario regional de Asis.

Por deseo de su Obispo se transfirió a Roma y fue alumno del Seminario Pontificio Mayor de Roma, frecuentando los cursos de filosofía y teología en la Universidad Pontificia Lateranense.

Fue ordenado presbítero el 21 de abril de 1960 y de regreso a su Diócesis de Todi, desarrolló diversos encargos: Asistente Eclesiástico diocesano de la Asociación de Maestros Católicos, del Movimiento de Maestros de la Acción Católica, del grupo de Profesionales de la Acción Católica, Rector del Seminario.

En 1966 obtuvo el título de doctor en letras clásicas en la Universidad de Perugia, y más tarde consiguió la habilitación para la enseñanza de la Historia del Arte, de la Filosofía y de la Historia. Sucesivamente enseñó Literatura e Historia del Arte en el "Liceo Clásico" y en el Instituto de Arte.

Convertido en docente de teología dogmática en el Instituto Teológico de Asís, enseñó esta disciplina de 1968 a 1983. Durante el mismo tiempo fue profesor en diversas escuelas de formación teológica para laicos de las Diócesis de la Umbria.

Además desarrolló una intensa actividad pastoral a nivel parroquial e inter-parroquial haciendo una experiencia, bastante bien lograda, de vida común con otros hermanos sacerdotes.

El 29 de agosto de 1982 fue ordenado Obispo para la Diócesis de Gubbio. En los seis años de episcopado en aquella diócesis realizó la construcción del nuevo seminario, del centro de pastoral diocesano y de la casa del clero; celebró el IX centenario del nacimiento del patrono de la diócesis, San Ubaldo. Con la participación activa de la Asamblea Eclesial Diocesana y de los Consejos Presbiteral y de Pastoral, elaboró un proyecto pastoral, que mediante la visita pastoral iniciada en febrero de 1987, buscó lanzar en toda la diócesis.

El 6 de noviembre de 1988 fue promovido como Arzobispo de Perugia-Città della Pieve, donde sirvió siete años. Ahí se distinguió por llevar a cabo una pastoral dirigida a la promoción del rol de los laicos en la Iglesia, activando, en particular, "Itinerarios de formación para los agentes de pastoral", "Itinerarios de formación al empeño social y político, consejos pastorales y consejos económicos en las parroquias, "Caritas parroquiales", estructuras y experiencias de pastoral juvenil y vocacional. Durante su servicio episcopal en Perugia, se caracterizó por el impulso misionero que quiso imprimir a la pastoral. Fueron significativas a este respecto sus cartas pastorales: "Vayan ustedes también a mi viña", sobre el empeño de los laicos en la Iglesia (15.X.1989); "Juntos para la nueva evangelización", sobre la dimensión comunitaria de la evangelización (7.X.1990); "Testigos de Cristo en el mundo", sobre el empeño de los laicos en las realidades temporales (1º.XI.1991); "Testimoniar el evangelio de la caridad", sobre la pastoral de la caridad (7.X.1992); "Resplandezca su luz" sobre la dimensión misionera de la Iglesia (1º.XI.1993; y "Ser cristianos en el matrimonio y en la familia", con el cual inició desde 1995 un quinquenio dedicado a la familia.

En la Conferencia Episcopal Umbra, fue Secretario de la misma, además de Delegado para las Comunicaciones sociales y para el tiempo libre, el turismo, el deporte y las peregrinaciones.

En la Conferencia Episcopal Italiana, fue miembro de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, donde trabajó intensamente en la redacción del Catecismo de los Adultos de la C.E.I. El 25 de mayo de 1995 fue nombrado por el Santo Padre Secretario General de la Conferencia Episcopal Italiana por un quinquenio y el 25 de mayo del 2000 fue confirmado por otro periodo. En este encargo organizó la Conferencia Eclesial de Palermo (1995); participó en numerosos encuentros nacionales de los diferentes sectores pastorales, con particular involucramiento en la Asamblea Nacional de la Escuela Católica de 1999. Participó como representante de la CEI en la Asamblea General del Sínodo de los Obispos para Europa (1999) y estuvo involucrado en la preparación del Gran Jubileo del año 2000, con especial referencia a los jóvenes, a los artistas, a los trabajadores y a los docentes universitarios. Trabajó intensamente en la hechura de las orientaciones pastorales para el decenio en curso: "Comunicar el Evangelio en un mundo que cambia".

El 21 de marzo del 2001 fue llamado a suceder al Cardenal Silvano Piovanelli en la conducción de la Arquidiócesis de Florencia. El 20 de mayo del mismo año hizo su ingreso solemne en aquella sede. Entre los sectores pastorales a los que se dedicó con especial atención se encuentran: la pastoral de la salud, en la que estableció diversas capellanías hospitalarias; la pastoral educativa, en la que favoreció el nacimiento de la capellanía universitaria y donde instituyó momentos fijos de encuentro con los docentes; la pastoral social, en la que promovió la creación de "Grupos de empeño socio-cultural" en las parroquias y vicarías. En junio de 2003, dirigió su primera Carta Pastoral a la Diócesis con el titulo "Evangelizar hoy: comunidad cristiana y ministerios", en la cual, acogiendo las propuestas surgidas en la Asamblea Diocesana, presenta algunas indicaciones sobre como renovar la pastoral de las parroquias, mediante un mayor involucramiento de las familias en la catequesis para la iniciación cristiana de los hijos y mediante itinerarios articulados para la preparación de los novios al matrimonio; solicita iniciativas de formación para los agentes de pastoral, llamados a apoyar a los párrocos asumiendo responsabilidades cada vez mayores.

Juan Pablo II lo creó Cardenal y lo publicó el 21 de octubre de 2003, con el Titulo de "S. Andrea delle Fratte".

En febrero de 2005 inició la visita pastoral que lo llevó a encontrarse con todas las parroquias de la Arquidiócesis.

Su interés por la pastoral de la familia y de la vida ha sido manifiesto a lo largo de su vida ministerial en Gubbio, Perugia y Florencia. Al respecto se pueden recordar aquí algunas de sus Cartas Pastorales en Florencia con motivo de la Pascua, en las que con decisión, competencia y pasión afronta los temas más candentes de la post-modernidad: "La televisión en la Familia" (2005); "Cristianos en la sociedad pluralista" (2006); "Familia y sociedad" (2007); "El amor cristiano en la familia" (2008). En esta última carta el Cardenal indica, también, las principales líneas de empeño similares a un "decálogo de la familia".

Su gobierno pastoral en Florencia concluyó el domingo 26 de octubre de 2008, día en que su sucesor el Arzobispo Giuseppe Betori, tomó posesión de la arquidiócesis florentina.

En el aún breve tiempo al frente del Pontificio Consejo para la Familia, ha impreso al trabajo ordinario del Dicasterio un clima de cordialidad, de intensa comunión y de corresponsabilidad, distinguiéndose de inmediato por su inteligente y atenta pasión cultural y pastoral con respecto a la familia y a la vida.

En el mes de septiembre de 2008, el nuevo Presidente participó en Ruzomberok en Eslovaquia en el XXII "International Congress for the Family" promovido por la universidad católica local donde desarrolló el tema: "Los medios de comunicación social: un don y una responsabilidad para todos, un empeño para las familias". Del 6 al 26 de octubre participó en la XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, dedicada a "La Palabra de Dios en la vida y la misión de la Iglesia". El 31 de octubre en la Pontificia Universidad Salesiana de Roma, participó en el LX aniversario de la declaración universal de los derechos del hombre, con la ponencia "El empeño de la Iglesia por los derechos de los menores y la familia".

Del 4 al 11 de noviembre visitó la Ciudad de México para encontrar al Arzobispo de aquella ciudad, el Señor Cardenal Norberto Rivera Carrera, y junto con la Comisión Central Organizadora establecida por el arzobispo de México, afinar los últimos preparativos del VI Encuentro Mundial de las Familias. En esa ocasión se reunió con diversas autoridades civiles de la nación latinoamericana y con el pleno de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

El 17 de diciembre visitó Estrasburgo, invitado por el Movimiento para la Vida para el Premio Europeo por la Vida "Madre Teresa de Calcuta" en memoria del científico Jerôme Lejeune. Después de haber encontrado al Presidente del Parlamento Europeo se reunió con el Grupo del Partido Popular Europeo.

Del 14 al 18 de Enero de 2009, junto con los superiores y varios de los oficiales del Pontificio Consejo para la Familia, participó en el VI Encuentro Mundial de las Familias en la Ciudad de México, donde junto con el Cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone, quien asistió como Legado Papal, y con el Arzobispo de Ciudad de México, el Cardenal Norberto Rivera Carrera, presidió dicho evento convocado por el Papa Benedicto XVI con el tema: "La Familia formadora en los valores humanos y cristianos", que concluyó con la solemne eucaristía en el Santuario de Santa María de Guadalupe.

El 6 de febrero participó en Praga en el Simposio organizado por el Consejo de Europa sobre "Cuidado de los hijos y políticas de empleo: conflicto o complementariedad" con la conferencia: "Apoyo a la familia en un tiempo de crisis demográfica y de emergencia educativa". El 17 de marzo tuvo la conferencia magistral "La misión procreativa de la familia hoy" dentro de un congreso organizado por la Universidad de Salamanca para presentar la Instrucción "Dignitas personae" de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El 7 de mayo volvió a España, esta vez a Barcelona, para participar en la celebración del día de la Familia en aquella Ciudad con la conferencia: "La familia y su misión educativa".

Del 21 al 23 de abril acogió la peregrinación guiada por el Cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo de Ciudad de México, del Comité de Preparación del Sexto Encuentro Mundial de las Familias a la Ciudad de Roma, para participar en una misa privada que el Santo Padre Benedicto XVI celebró para dar gracias a Dios los frutos de ese importante evento.

Más tarde del 11 al 15 de mayo acompañó al Santo Padre en su visita a Tierra Santa, donde el Papa bendijo la primera piedra del "Centro Internacional Nazaret", una iniciativa del Pontificio Consejo para la Familia que verá surgir, precisamente en la ciudad de la Sagrada Familia, una estructura que servirá para promover diversas actividades de formación espiritual, doctrinal y humana para las familias de todo el mundo.

Invitado por la Asociación de Familias Separadas Cristianas, intervino el 31 de mayo con una conferencia sobre el tema en el congreso anual celebrado en la ciudad de Roma.

Del 16 al 17 de junio participó en un encuentro de los obispos amigos del movimiento de los focolares, en Amman, Jordania, en el que dictó la conferencia: "La familia, primera célula de la Iglesia y de la sociedad".

Enviado por el Santo Padre Benedicto XVI como su Legado para la conclusión del año paulino en la Isla de Malta. Tuvo más de once conferencias e intervenciones en diversos encuentros, entre el 27 y el 29 de junio.

Los días 10 y 11 de septiembre presidió el Seminario Internacional de estudio, "La familia, sujeto de evangelización en casa, en el propio ambiente y en la parroquia", organizado por el Pontificio Consejo para la Familia, para preparar una sucesiva conferencia sobre el tema, que busca lanzar un proyecto de comunión entre las Iglesias particulares de todo el mundo, a partir de la puesta en común de las experiencias mejor logradas en las que se impulsa y se vive la subjetividad evangelizadora, pastoral y social, de las familias cristianas.

La intensa actividad del Cardenal Antonelli al frente del Dicasterio de la Santa Sede encargado de la Familia y de la Vida, se ve completada, además, por su continua participación en encuentros, congresos y actividades de su competencia. Muchas veces enviando importantes mensajes escritos cuando no es posible aceptar alguna de las numerosas invitaciones.

 

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