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 Pontifical Council for the Pastoral Care of Migrants and Itinerant People

People on the Move - N° 93,  December 2003, pp. 63-66

Migrantes y Refugiados en América Latina

S.E. Mons. Jacyr Francisco BRAIDO, C.S.

Presidente, Sector de Movilidad Humana,

Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM)

La mobilidad humana en America Latina es variada. De un continente de immigración, se trasformò en espacio de migraciones masivas en el interior de los paises; de emigración a los paises vecinos, a los Estados Unidos, Canadá, Europa y Oriente; de refugiados y desplazados; de traficados (para trabajos forzados o prostitución), marineros, aeronavegantes, trasportadores, gitanos, circenses, peregrinos y turistas. Son millones la personas involucradas. 

A) Factores de expulsión:

1. La pobreza crónica en muchos países 

Nuestros países de América Latina, con raras excepciones, tienen una historia de pobreza y miseria. 

Profundos cambios se produjeron por influencia de la nueva economia: ajustes, búsqueda de productividad e competitividad. Esto ha provocado desocupación, reducción de salarios reales, incapacidad para generar empleos, sobretodo para los jovenes; indisponibilidad de recursos para inversiones productivas, por los pagos de las deudas externas, como por el deterioro del intercambio de bienes. La brecha entre pobreza y riqueza es promotora de migraciones de masa.

2. Guerra, represión, violencia y desplazamientos

Muchas personas se ven desarraigadas forzosamente, a causa de revoluciones y contrarrevoluciones. En América Latina, Colombia ocupa el primer lugar en expulsión (más de un millón de desplazados). Hay también Panamá, Perú (se habla de 2 millones de peruanos fuera de Perú, de los cuales 75% en situación de indocumentados). En el mundo se habla de 15 millones de refugiados.

3. Las calamidades también causan emigración 

Los fenómenos naturales como la sequía del nordeste brasileño, los huracanes de Centro América, las inundaciones, los terremotos y erupción volcánica, provocan movimientos de poblaciones.

Honduras en 1998 soportó durante ocho días el devastador huracán Mitch: pérdida de 5.273 vidas, 11.085 desaparecidos y 1.932.482 damnificados.

4. El Tráfico de Personas

Hoy, se ha generalizado el negocio que trafica con los emigrantes. 

Otro fenómeno, que está asumiendo proporciones alarmantes, es la “trata de blancas” (venta de mujeres y niños para prostitución) y el comercio de gente para servicios forzados. En esto se sobresalen Colombia y, fuera de América, la República China y los países del Este Europeo.

El tráfico de personas migrantes y su introducción clandestina en países desarrollados se han convertido en un negocio mundial que genera lucros para los traficantes y sindicatos del crimen organizado. Reciente estudio de la OIM reveló: hay entre 15 a 30 millones de migrantes irregulares en el mundo. De este total, el Departamento de Justicia USA estima que anualmente 700.000 mujeres y niños son objeto de tráfico.

La necesidad de emigrar expone los migrantes a la explotación y a la violación de sus derechos humanos fundamentales; son vulnerables: se hallan atrapados en talleres, fábricas, o se ven obligados a prostituirse o a mendigar, generalmente bajo control de redes criminales. No tienen acceso a asistencia jurídica ni a atención médica.

B) Factores de atracción 

1. Los diferenciales de salario

Factor importante de atracción en las migraciones de trabajadores son los diferenciales saláriales. Una vez creado un flujo de migración, se engendra una red social de parientes y amigos que pueden costear la trasportación, ayudar a los recién llegados a buscar empleo, proveer alojamiento y sustento inicial y ofrecer un ambiente social familiar.

2. La globalización 

Tenemos hoy gran facilidad de comunicarnos con cualquier parte del mundo, de enterarnos de las posibles fuentes de trabajo o de estudio, de conocer los macroproyectos de construcción o desarrollo industrial. 

Las diferencias objetivas en los niveles de vida y en las aspiraciones subjetivas de los migrantes son intensas. Los flujos migratorios no se reducen.

La globalización económica ha provocado un empeoramiento de las condiciones de las migraciones.

3. La propaganda de los países desarrollados

Por Internet, televisión, películas, noticieros y el turismo, las maravillas del mundo desarrollado o en vías de desarrollo llegan a todas partes, hasta al más pobre de los tugurios. Esto va creando necesidades hasta entonces desconocidas, y hace que el hombre y la mujer busquen para si y su familia, este mundo deslumbrante. No hay fuerzas represivas capaces de impedir que los emigrantes continúen llegando en donde saben poder encontrar mejores condiciones de vida para si y su familia. 

Propuestas

La Iglesia propone una política económica y social donde el hombre y sus necesidades vitales estén garantizados por la ley y la ética, en primer lugar en sus países de origen y/o en el proceso migratorio.

1. Con relación a los inmigrantes existentes 

El documento “Ecclesia in America” presenta esta orientación: “Con respecto a los inmigrantes, es necesaria una actitud hospitalaria y acogedora, que los aliente a integrarse en al vida eclesial, salvaguardando siempre su libertad y su peculiar identidad cultural. A este fin es muy importante la colaboración entre las diócesis de las que proceden y aquellas en las que son acogidos, también mediante estructuras pastorales previstas en la legislación y en la praxis de la Iglesia.” (n. 65).

Se pide también que las comunidades locales vivan el valor evangélico de la fraternidad; que la Iglesia proteja, contra todas las restricciones injustas, el derecho natural de cada persona a moverse libremente dentro de su propia nación y de una nación a otra; hay que hacer esto, mismo en los casos de inmigraciones no legales. 

2. Globalización de la solidaridad

Ayuda a los pobres, marginados, refugiados: “Partiendo del evangelio se ha de promover una cultura de la solidaridad que incentive oportunas iniciativas de ayuda a los pobres y a los marginados, de modo especial a los refugiados, los cuales se ven forzados a dejar sus pueblos y tierras y tierras para huir de la violencia” (IA, 52 b).

Nuevo orden económico: “La Iglesia en América ha de alentar también a los organismos internacionales del Continente con el fin de establecer un orden económico en el que no domine sólo el criterio del lucro, sino también el de la búsqueda del bien común nacional e internacional, la distribución equitativa de los bienes y la promoción integral de los pueblos” (IA, 52 b).

Globalización de la solidaridad- La economía debe apoyarse en la dignidad humana, en la solidaridad y en la subsidiaridad; debe ser analizada a la luz de la justicia social y del bien común, respetando la opción preferencial por los pobres (cf. IA, 55). Se deben superar los “pecados sociales”, el sistema económico llamado “neoliberalismo” y promover “una verdadera cultura globalizada de la solidaridad” (cf. IA, 55-56).

¡Que Dios nos ilumine para encontrar medios y métodos para orientar, acoger y proteger a toda esta masa de gente que camina en búsqueda de mejores condiciones de vida!

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