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VIDEOMENSAJE DEL CARDENAL SECRETARIO DE ESTADO
CON MOTIVO DE LA CUMBRE INTERNACIONAL
SOBRE LA ADAPTACIÓN CLIMÁTICA

[Países Bajos, 25 de enero de 2021]

 

En nombre del Papa Francisco, me complace saludarles cordialmente a todos y asegurarles su cercanía, su apoyo y su aliento en estos días de intenso esfuerzo por un resultado fructífero de esta Cumbre sobre la Adaptación Climática.

Todos sabemos que «el cambio climático es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad»[1].

Los datos científicos de que disponemos muestran claramente la necesidad urgente de actuar con rapidez, en un contexto de ética, equidad y justicia social. La transición hacia una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero es un problema no sólo del ámbito de la tecnología, sino también una cuestión de patrones de consumo, educación y estilos de vida.  

Por otra parte, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y las actividades de mitigación son necesarias pero no suficientes. Estas iniciativas son complementarias a los compromisos centrados en reforzar la adaptación y la resiliencia. Se trata de un imperativo moral y humanitario, sobre todo porque las principales consecuencias negativas del cambio climático suelen afectar a los más vulnerables: los pobres y las generaciones futuras. Si bien los pobres son los menos responsables del calentamiento global, son los más expuestos a verse afectados, ya que son los que tienen menos capacidad de adaptación y suelen vivir en zonas geográficas especialmente amenazadas.

La complementariedad de las actividades de mitigación y adaptación requiere la elaboración de una estrategia global y compartida a largo plazo, basada en compromisos precisos, capaz de definir y promover un nuevo modelo de desarrollo y construida sobre el vínculo sinérgico entre la lucha contra el cambio climático y la lucha contra la pobreza.

No se puede lograr nada trabajando solo. La pandemia del Covid-19 lo enseña muy bien. Como dijo el Papa Francisco a la AGNU (Asamblea General de las Naciones Unidas) el pasado mes de septiembre: «Nos enfrentamos, pues, a la elección entre uno de los dos caminos posibles: uno conduce al fortalecimiento del multilateralismo, expresión de una renovada corresponsabilidad mundial, de una solidaridad fundamentada en la justicia y en el cumplimiento de la paz y de la unidad de la familia humana, proyecto de Dios sobre el mundo; el otro, da preferencia a las actitudes de autosuficiencia, nacionalismo, proteccionismo, individualismo y aislamiento, [... que] ciertamente será perjudicial para la entera comunidad, causando autolesiones a todos. Y esto no debe prevalecer»[2].

Las actividades de mitigación y adaptación están fuertemente relacionadas con esta doble perspectiva. Reclaman una cooperación internacional más fuerte y comprometida con un desarrollo sostenible con bajas emisiones de carbono, así como invertir en el fortalecimiento de las tecnologías y la resiliencia, y transferirlas en condiciones justas, especialmente a los países más vulnerables. Ojalá hagamos de la respuesta al cambio climático una oportunidad para mejorar las condiciones generales de vida, la salud, el transporte, la energía y la seguridad, y para crear nuevas oportunidades de empleo. Esta tarea es difícil y compleja, pero sabemos que tenemos la libertad, la inteligencia y la capacidad de liderar y dirigir la tecnología y ponerla al servicio de otro tipo de progreso: más humano, social e integral. Debemos demostrar también que tenemos la voluntad política y la motivación para avanzar en este esfuerzo de futuro.

Estamos ante un reto trascendental en beneficio del bien común. No tenemos otra alternativa que hacer todo lo posible para dar una respuesta colectiva responsable y sin precedentes, destinada a trabajar juntos en la construcción de nuestra casa común.

En nombre de Su Santidad, el Papa Francisco, expreso mis mejores deseos para los trabajos de esta Cumbre sobre la adaptación al clima, esperando que sean fructíferos y satisfactorios.

Gracias por su atención.


[1] Cfr. Papa Francisco, Carta encíclica Laudato si', sobre el cuidado de la casa común, 24 de mayo de 2015, n. 25

[2] Papa Francisco, Video-Mensaje a la 75ª Reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, 24 de septiembre de 2020.

 


Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, 25 de enero de 2021