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  SAN PABLO

 LA CONVERSIÓN A CRISTO
 
1. EL JUDÍO SAÚL ESTUDIA EN JERUSALÉN

Pablo nace poco antes del año 10 de nuestra era, en una familia judía de Tarso, en Cilicia (la actual Turquía oriental). Recibe el nombre bíblico de Saúl y el nombre romano de Pablo (su padre, quizás su padre, que había adquirido la ciudadanía  romana, quiso manifestar su gratitud a la gens Paula). Fue educado en Jerusalén.

“Instruido a los pies de Gamaliel en la exacta observancia de la Ley de nuestros padres; estaba lleno de celo por Dios”. Según los Hechos , es “Fariseo, hijo de Fariseos” (Hch 23,6) y “circundado al octavo día” (Flp 3,5-6).

2. EL PERSEGUIDOR
 
En el martirio de Esteban, “los testigos pusieron sus vestidos a los pies de un joven llamado Saulo… Saulo aprobaba su muerte. Aquel día se desató una gran persecución contra la Iglesia”.

Saulo, que defendía con celo “las tradiciones de los padres” (Ga l1.14), pudo haber pertenecido al grupo de los zelotes (Hch 22,3), y esto explicaría la expedición a Damasco en busca de los misioneros helenistas que criticaban el Templo, como Esteban, para doblegarlos, incluso con la tortura. Esto arrojaría luz sobre dos episodios extraños: Pablo no se integró bien en la Iglesia de Jerusalén y tuvo que huir a causa de las amenazas de muerte (Hch 9, 26-30); más tarde, cuarenta judíos hicieron voto de matar a Pablo, entonces prisionero de los romanos (Hch 23,12-22), y es sabido que el partido zelota castigaba a quienes traicionaban su juramento.

3. LA CONVERSIÓN / VOCACIÓN
 
Los Hechos refieren la célebre frase que oyó en el camino de Damasco: “Saúl, Saúl, ¿ por qué me persigues?”

La narración que el propio Pablo hace de la aparición del Resucitado refleja una gran inquietud interior, según las vocaciones/conversiones proféticas del Antiguo Testamento, portadoras también de una misión: “Mas, cuando Aquel que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien revelar en mí a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles, al punto…”(Ga 1,15-17).

La “conversión” radical de Saulo no es para él un cambio de religión: se siente más judío que nunca, puesto que es el “Dios de los padres” quien lo envía a predicar el Evangelio. El evangelizador de los gentiles seguirá predicando a los judíos en la medida en que le sea posible, hasta su último llamamiento, en Roma. La conversión y el bautismo de Pablo significan que ha descubierto su justa y verdadera colocación en la vida de Israel.

Se ignora la fecha de este acontecimiento capital; de la Carta a los Gálatas se pueden deducir los años 33-35, poco después de la constitución de la primera Iglesia, en Jerusalén, creada en torno a ”Pedro con los Once” (Hch 2,14).

 
 

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