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llegue hasta los confines de la tierra
y ninguna periferia se prive de su luz.
Madre del Evangelio viviente,
manantial de alegrÃa para los pequeños,
ruega por nosotros.
Amén. Aleluya.
Dado en Roma, junto a San Pedro, en la
clausura del
Año de la fe,
el 24 de noviembre, So-
lemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, del año
2013, primero de mi Pontificado.