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     conducir por el EspÃritu, en un itinerario de fe, 
    
 
     
     hacia un destino de servicio y fecundidad. Nos- 
    
 
     
     otros hoy fijamos en ella la mirada, para que nos 
    
 
     
     ayude a anunciar a todos el mensaje de salvación, 
    
 
     
     y para que los nuevos discÃpulos se conviertan 
    
 
     
     en agentes evangelizadores. 
    
 
     
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     En esta peregrina- 
    
 
     
     ción evangelizadora no faltan las etapas de ari- 
    
 
     
     dez, ocultamiento, y hasta cierta fatiga, como la 
    
 
     
     que vivió MarÃa en los años de Nazaret, mientras 
    
 
     
     Jesús crecÃa: «Ãste es el comienzo del Evange- 
    
 
     
     lio, o sea de la buena y agradable nueva. No es 
    
 
     
     difÃcil, pues, notar en este inicio una particular 
    
 
     
     fatiga del corazón, unida a una especie de ânoche 
    
 
     
     de la feâ âusando una expresión de san Juan 
    
 
     
     de la Cruzâ, como un âveloâ a través del cual 
    
 
     
     hay que acercarse al Invisible y vivir en intimidad 
    
 
     
     con el misterio. Pues de este modo MarÃa, duran- 
    
 
     
     te muchos años, permaneció en intimidad con el 
    
 
     
     misterio de su Hijo, y avanzaba en su itinerario 
    
 
     
     de fe ». 
    
 
     
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     288.âHay un estilo mariano en la actividad 
    
 
     
     evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que 
    
 
     
     miramos a MarÃa volvemos a creer en lo revolu- 
    
 
     
     cionario de la ternura y del cariño. En ella vemos 
    
 
     
     que la humildad y la ternura no son virtudes de 
    
 
     
     los débiles sino de los fuertes, que no necesitan 
    
 
     
     maltratar a otros para sentirse importantes. Mi- 
    
 
     
     rándola descubrimos que la misma que alababa a 
    
 
     
     216 
    
 
     
     âCf. 
    
 
     
      Propositio  
    
 
     
     58. 
    
 
     
     217 
    
 
     
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     II, Carta enc. 
    
 
     
      Redemptoris Mater  
    
 
     
     (25 marzo 
    
 
     
     1987), 17: 
    
 
     
      AAS  
    
 
     
     79 (1987), 381.