EVANGELII GAUDIUM - page 3

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1. L
a
alegría
del
E
vangelio
llena el co-
razón y la vida entera de los que se encuentran
con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son li-
berados del pecado, de la tristeza, del vacío inte-
rior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace
y renace la alegría. En esta Exhortación quiero
dirigirme a los fieles cristianos para invitarlos a
una nueva etapa evangelizadora marcada por esa
alegría, e indicar caminos para la marcha de la
Iglesia en los próximos años.
I. A
legría que
se
renueva
y
se
comunica
2. El gran riesgo del mundo actual, con su
múltiple y abrumadora oferta de consumo, es
una tristeza individualista que brota del corazón
cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de
placeres superficiales, de la conciencia aislada.
Cuando la vida interior se clausura en los propios
intereses, ya no hay espacio para los demás, ya
no entran los pobres, ya no se escucha la voz de
Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor,
ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. Los
creyentes también corren ese riesgo, cierto y per-
manente. Muchos caen en él y se convierten en
seres resentidos, quejosos, sin vida. Ésa no es la
opción de una vida digna y plena, ése no es el
deseo de Dios para nosotros, ésa no es la vida
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