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el trayecto del camino, porque llega a nosotros
desde Cristo resucitado, estrella de la mañana que
no conoce ocaso.
¿Una luz ilusoria?
2.âÂÂSin embargo, al hablar de la fe como luz,
podemos oÃr la objeción de muchos contempo-
ráneos nuestros. En la época moderna se ha pen-
sado que esa luz podÃa bastar para las sociedades
antiguas, pero que ya no sirve para los tiempos
nuevos, para el hombre adulto, ufano de su ra-
zón, ávido de explorar el futuro de una nueva
forma. En este sentido, la fe se veÃa como una
luz ilusoria, que impedÃa al hombre seguir la au-
dacia del saber. El joven Nietzsche invitaba a su
hermana Elisabeth a arriesgarse, a « emprender
nuevos caminos⦠con la inseguridad de quien
procede autónomamente ». Y añadÃa: «Aquà se
dividen los caminos del hombre; si quieres alcan-
zar paz en el alma y felicidad, cree; pero si quie-
res ser discÃpulo de la verdad, indaga ».
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Con lo
que creer serÃa lo contrario de buscar. A partir de
aquÃ, Nietzsche critica al cristianismo por haber
rebajado la existencia humana, quitando novedad
y aventura a la vida. La fe serÃa entonces como un
espejismo que nos impide avanzar como hom-
bres libres hacia el futuro.
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Brief an Elisabeth Nietzsche
(11 junio 1865), en
Werke in
drei Bänden,
München 1954, 953s.