JUAN PABLO II
REGINA CAELI
Patio del Palacio Pontificio Castelgandolfo
Lunes de Pascua, 7 de abril de 1980
Un saludo a todos, también a los que han ido a la plaza de San Pedro buscando al Papa para rezar el Regina coeli con él; y debemos rezar esta oración también con las personas unidas a nosotros a través de la radio o la televisión. Esta oración no puede faltar durante la octava de Pascua ni en todo el tiempo pascual; no puede faltar esta expresión de unión y comunión espiritual con la Virgen que vivió su alegría mayor y suprema en la resurrección de su Hijo; y así renovamos con el recuerdo este gran gozo de la Madre.
Después de rezar la oración mariana e impartir la bendición apostólica, el Papa dio las gracias a los que habían acudido a Castelgandolfo
para ver al Papa; y también a los que han ido a buscarle a la plaza de San Pedro y no lo han encontrado. Castelgandolfo y la plaza de San Pedro son dos polos de una misma presencia. Os doy las gracias asimismo por haberme dado la oportunidad de ensalzar con vosotros el gran gozo de la Virgen, que es el gozo de la resurrección de su Hijo, Nuestro Señor.
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