Index   Back Top Print

[ ES  - IT ]

JUAN PABLO II

ÁNGELUS

Domingo 4 de enero de 1987

 

1. "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el que va a nacer se llamará Hijo de Dios" (Lc 1, 35).

Nos reunimos para el "Ángelus".

Escuchamos cada vez estas palabras, que el mensajero divino dirige a la Virgen de Nazaret.

Hoy nos volvemos a alegrar por el cumplimiento de estas palabras.

La Iglesia vive el tiempo del Nacimiento del Señor.

El Verbo ―que por el anuncio del ángel fue concebido en el seno de María de Nazaret― ya se hizo carne.

El Hijo de Dios ya tiene su nombre humano. Se llama Jesús, es decir "Salvador".

2. La Liturgia del Domingo de hoy nos invita a leer de nuevo profundamente el misterio del Nacimiento de Dios.

Escuchemos, pues, las palabras de la carta a los Efesios: "El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo... nos bendijo en Cristo con toda clase de bendiciones espirituales. Ya que en él nos eligió antes de la creación del mundo..., nos predestinó a ser hijos adoptivos suyos por Jesucristo." (Ef 1, 3-5).

3. No podemos vivir el nacimiento del Señor, sin pensar en esta elección.

Estamos eternamente en el "predilecto" Hijo del Padre.

Esta elección permanece, ha revestido la forma de la noche de Belén. Se ha hecho el evangelio de la cruz y de la resurrección. Sobre el acontecimiento de Belén se ha puesto el sello definitivo. El sello de la "predestinación divina".

4. Somos predestinados en Cristo.

Como quiera que se desarrollen los destinos del hombre sobre la tierra, cualquier cosa que traiga consigo el nuevo año, cualquiera que sea la dirección que tomen los acontecimientos de la historia humana, ¡somos elegidos!

El Hijo de Dios se hizo hombre para volver a confirmar, mediante la asunción de todas las dimensiones de la existencia humana sobre la tierra, esta Verdad eterna: la divina verdad sobre el hombre.

5. Recemos con María para que el Nacimiento del Señor renueve en nosotros la conciencia de esta verdad. Para que la suscite donde todavía hay oscuridad.



Copyright © Dicastero per la Comunicazione - Libreria Editrice Vaticana