JUAN PABLO II
ÁNGELUS
Domingo 15 de noviembre de 1998
1. Desde hace algunos días mi pensamiento se dirige con mayor intensidad a la región de Oriente Medio, y particularmente a Irak, país en el que la semana pasada se centraron nuevamente la atención y la preocupación de las naciones de todo el mundo.
Deseo de corazón que se llegue a una solución justa y pacífica. Y, sobre todo, espero que se eviten ulteriores sufrimientos y dolores a una población ya duramente probada.
Invito a todos a orar al Señor para que ilumine la mente y el corazón de los responsables, a fin de que sigan utilizándose los medios diplomáticos y el diálogo para resolver la grave crisis.
2. Se celebra hoy en Italia la Jornada nacional de las migraciones, cuyo tema es: «Las migraciones, de Babel a Pentecostés. Unidad en el Espíritu».
«Babel» es el símbolo del orgullo, que quiere imponer con la prepotencia el designio prometeico de construir un único pueblo, basándose en una sola cultura y prescindiendo de Dios. «Pentecostés», en cambio, es el acontecimiento con que se vuelve al proyecto divino, que da voz y legitimidad al pluralismo étnico-cultural, reconociendo a cada persona y a los diversos grupos étnicos el derecho de «anunciar en sus propias lenguas las maravillas de Dios». Ojalá que esta celebración ayude a los creyentes a tratar de forma cada vez más cordial y abierta a los inmigrantes.
3. También hoy se celebra en numerosos países europeos la Jornada en recuerdo de las víctimas de los accidentes de carretera. Al mismo tiempo que elevo mi oración al Señor en sufragio de quienes han muerto en esas trágicas circunstancias, expreso mi cercanía espiritual a sus familias y a los supervivientes que, en muchos casos, conservan profundas heridas en su cuerpo y en su espíritu. Ojalá que esta Jornada contribuya a que los automovilistas tengan siempre una conducta responsable, respetando tanto la vida como las normas de seguridad en el tráfico.
4. Por último, a la vez que deseo un feliz domingo a todos, me complace recordar que el próximo sábado 21 de noviembre, fiesta de la Presentación de la santísima Virgen María en el templo, celebraremos la jornada Pro orantibus, dedicada al apoyo espiritual y material de los conventos de clausura, especialmente de los que se hallan en situaciones de apuro o dificultad.
Al tiempo que expresamos a nuestras hermanas las monjas de clausura nuestra profunda gratitud por su valioso testimonio de los valores de la vida contemplativa, encomendamos su camino espiritual a la intercesión de la santísima Virgen, modelo sublime de recogimiento y oración para todos los fieles, en cualquier condición de vida.
Copyright © Dicastero per la Comunicazione - Libreria Editrice Vaticana