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JUAN PABLO II

ÁNGELUS

Domingo 6 de febrero de 2000

 

Amadísimos hermanos y hermanas:

1. Se celebra hoy en Italia la Jornada por la vida, cuyo tema es: "Se nos ha dado un hijo", eco del oráculo del profeta Isaías (Is 9, 5), que resonó en la liturgia de Navidad. En su tradicional mensaje para esta jornada, los obispos italianos han recordado a los fieles que todo hijo es un don inmenso: para los esposos y la familia, para la Iglesia y la sociedad.

La preocupante disminución demográfica registrada durante estos años no puede por menos de ser para la sociedad italiana motivo de atenta reflexión y estímulo a la renovación, tanto de la mentalidad como de las opciones culturales, políticas y legislativas. Ciertamente, se trata de una tarea que compete a las instituciones públicas, llamadas a eliminar las dificultades que afrontan las familias. Pero, sobre todo, corresponde a los esposos reavivar la cultura del amor y de la vida, redescubriendo la misión de padres, que aceptaron en el momento del matrimonio.

2. La cultura de la vida es el marco ideal no sólo para la acogida de los hijos, sino también para el respeto y la atención a toda persona, comenzando por la más débil e indefensa. A este propósito, aprovecho de buen grado esta ocasión para recordar que el próximo viernes, 11 de febrero, memoria de la bienaventurada Virgen de Lourdes, se celebrará el Jubileo de los enfermos y los agentes sanitarios.

Esta especial jornada jubilar pone de relieve la importancia de la vida humana en el plan de la redención: Cristo privilegió la curación de los enfermos como signo del reino de Dios; y, con su pasión y muerte, él, buen Samaritano de la humanidad, nos rescató del pecado, para concedernos la salud del espíritu y del cuerpo. Siguiendo sus pasos, la Iglesia, en todos los lugares y en todos los tiempos, se ha interesado por el hombre que sufre con innumerables obras en favor de los enfermos, especialmente de los más pobres y abandonados.

Como preparación para el jubileo de los enfermos, se tendrá en el Vaticano, el miércoles y el jueves próximos, un congreso sobre la identidad de los profesionales católicos de la salud y sobre los desafíos que deben afrontar al comienzo del tercer milenio. El jueves se celebrará una santa misa para los enfermos en la basílica de San Pablo extramuros; y yo mismo presidiré la del viernes 11, aquí, en la plaza de San Pedro. Por último, el sábado siguiente tendrá lugar un vía crucis en el Coliseo y, por la tarde, un encuentro festivo en la sala Pablo VI.

3. A María santísima encomendamos el compromiso de la Iglesia, en Italia y en el mundo entero, por la defensa y la promoción de la vida humana. A ella, Madre de los que sufren y Salud de los enfermos, le pedimos una intercesión especial, para que toda persona que atraviesa momentos difíciles encuentre luz y consuelo en el evangelio de la vida.

 



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