DISCURSO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A LOS MIEMBROS DEL COLEGIO DE DEFENSA DE LA OTAN*

Viernes 18 de enero de 1985

Queridos amigos:

1. Es un placer para mí recibir a los miembros del curso 65 del Colegio de Defensa de la OTAN. Han venido ustedes a Roma para asistir a un curso de estudios que abarca el examen de problemas y factores militares, políticos, económicos, tecnológicos, geográficos, sociológicos y sicológicos, que son de importancia especial para la OTAN. Los participantes en el curso han querido venir al Vaticano para tener esta audiencia con el Papa. Y me complace mucho recibirles, porque veo en 1a petición de esta audiencia un signo de sus convicciones sobre la importancia de los valores morales y espirituales, y no sólo para la vida personal, sino también para la obra que ustedes realizan.

2. Claro está que 1os valores morales y espirituales son de importancia vital en la vida humana, puesto que gobiernan las decisiones de las personas individuales y modelan las relaciones entre pueblos y naciones. Si no se integran estos valores en nuestra vida y en la sociedad, no podemos esperar alcanzar la estatura plena de nuestra dignidad humana. Y sin intentar conseguir que se basen en ellos las decisiones referentes a la vida pública y a las relaciones internacionales, jamás podremos contar con una paz duradera y segura.

El curso de estudios de Roma les pone en contacto con personas de muchas naciones. Estudian y dialogan juntos. Se hallan, pues, en una situación excelente para crecer en comprensión mutua y respeto de unos con otros y de las culturas y países varios que representan. Que esta experiencia de fraternidad internacional les reafirme el convencimiento de que es posible llegar a la armonía y hermandad entre todas las naciones del mundo. Y fortifique su compromiso de trabajar por la realización de esta meta tan deseada.

Pido al Señor que les sostenga en estos esfuerzos meritorios.

Dios les bendiga a todos.

*L'Osservatore Romano, edición semanal en lengua española, n. 9, p.7.