DISCURSO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A UN GRUPO DE DIPLOMÁTICOS LATINOAMERICANOS*
Viernes 31 de mayo de 1991
Distinguidos Señoras y Señores:
Me es sumamente grato dar a todos los presentes mi más cordial bienvenida a este encuentro, que me permite tomar contacto con un grupo cualificado de funcionarios del servicio diplomático latinoamericano, que seguís en Florencia un curso de especialización en relaciones internacionales, patrocinado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia.
Representáis a un buen número de países del llamado continente de la esperanza y, como profesionales de la diplomacia, estáis llamados a desempeñar una importante tarea en favor de la paz, el entendimiento y la concordia entre los pueblos. Es éste un terreno en el que podréis encontrar siempre en la Santa Sede un interlocutor atento y dispuesto a colaborar en todo lo que signifique defensa de la dignidad y promoción del bien integral del hombre.
En mis viajes apostólicos a los distintos países de América Latina he podido apreciar los grandes valores de aquellos pueblos, a los que la historia, la cultura, la lengua y la fe católica han unido con estrechos vínculos y que están llamados, como gran familia latinoamericana, a tener un indudable protagonismo en la escena mundial.
No he dejado, sin embargo, de constatar al mismo tiempo lo que yo llamaría una creciente inquietud moral, que se manifiesta, a veces, a través de crisis sociales u otros fenómenos como la violencia, el desempleo, la marginación, los cuales provocan desequilibrios y amenazan la pacífica convivencia.
Por todo ello, vuestra labor como diplomáticos adquiere un destacado relieve para la solución de problemas que tanto pueden significar para muchas personas. Os aliento, pues, a no ahorrar esfuerzos en el servicio a vuestros semejantes y a trabajar incansablemente para hacer más estables y solidarios los lazos de la comunidad internacional, y especialmente en la perspectiva de la unidad e integración latinoamericana.
Al finalizar este encuentro deseo expresaros mis mejores votos por el feliz éxito de vuestras actividades en el curso que estáis haciendo, mientras de corazón bendigo a vosotros, a vuestras familias y a los países que representáis.
*Insegnamenti di Giovanni Paolo II, vol. XIV, 1 pp. 1373-1374.
L'Osservatore Romano 1.6.1991 p.6.
L'Osservatore Romano. Edición semanal en lengua española, n.23, p.12.
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