VIAJE APOSTÓLICO A FÁTIMA
(12-13 MAYO 2000)
CEREMONIA DE BIENVENIDA
DISCURSO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
Aeropuerto Internacional "Portela", Lisboa
Viernes 12 de mayo de 2000
Señor presidente de la República;
señor primer ministro;
venerado señor patriarca de Lisboa;
amados hermanos en el episcopado;
distinguidas autoridades; señoras y señores:
Dios me ha concedido volver a Portugal, y por eso le doy gracias y lo bendigo. A vosotros, que os habéis reunido para recibirme, y a todos los hijos e hijas de esta noble nación, os dirijo mi cordial saludo de solidaridad y paz. Mi primer saludo, con afecto, es para usted, señor presidente, que ha querido honrar mi llegada con su presencia: ¡muchas gracias!
Quiero dar las gracias desde ahora a las autoridades del Estado por toda la comprensión y disponibilidad con que han hecho posible esta breve visita, que se reduce prácticamente a una ceremonia litúrgica en el santuario de Fátima. De hecho, acogiendo la insistente invitación de los señores obispos de Portugal, he aceptado venir a Cova de Iría para celebrar, junto con la comunidad católica, la beatificación de los pastorcitos Francisco y Jacinta Marto en la misma tierra que fue su cuna y que ahora es su altar. Sé que la patria canta a sus héroes y se gloría de sus santos; el Papa se une de buen grado a la alegría de Portugal.
Al inicio de mi visita, expreso mi profunda estima y afecto a todos los portugueses, a quienes deseo un futuro de paz, bienestar y prosperidad, prosiguiendo por la senda de sus tradiciones y valores patrióticos más genuinos, que se basan en el cristianismo. Que Dios vele por todos los hijos e hijas de esta tierra de santa María. ¡Dios bendiga a Portugal!
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