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DISCURSO DE SU SANTIDAD PABLO VI
AL PRIMER EMBAJADOR DE GHANA ANTE LA SANTA SEDE*

Lunes 29 de noviembre de 1976

 

Señor Embajador:

Nos alegra datos la bienvenida como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Ghana ante la Santa Sede, y recibir las Cartas con las que Su Excelencia, el General I. K. Acheampong, Jefe de Estado y Presidente de la Suprema Junta Militar, os acredita para este cargo.

Vuestra alocución refleja la atmósfera cordial de las relaciones que existen entre Ghana y la Santa Sede, y os agradecemos por el tono de aprecio con el que habéis hablado de la aportación de la iglesia al desarrollo de vuestro país, así como de nuestra propia contribución a la lucha por la promoción de la paz y de la justicia en todo el mundo. Nos alegra en esta ocasión poder expresar el alto aprecio que la Iglesia tiene por el pueblo de Ghana y por sus tradiciones. Además, nuestra personal estima y afecto a vuestro país se alimenta con el recuerdo que guardamos de nuestra visita a Ghana en 1962, siendo arzobispo de Milán.

La Iglesia tiene a su cargo un mensaje de salvación espiritual para la humanidad, pero al mismo tiempo debe proclamar y promover donde así pueda hacerlo, la liberación temporal del hombre de torio lo que obstaculiza su auténtica dignidad y su crecimiento. Ha reservado usted tina mención especial a la aportación de los misioneros católicos de Ghana al programa nacional de educación. Dado que, como ya hemos dicho anteriormente, "la educación básica es el primer objetivo de todo plan de desarrollo" (Populorum progressio, 35; AAS 59, 1967, pág. 274), no podemos sino defender el compromiso de la Iglesia por ofrecer cualquier clase de asistencia posible en esta noble y ardorosa tarea.

Vuestra Excelencia ha aludido igualmente a los problemas de la paz en el continente africano, y ha expresado su preocupación por la relación inseparable que .guardan con la paz en todo el inundó. Aquí repetiremos otra vez que la naturaleza misma de su mensaje y de su misión impone a la Iglesia la obligación de buscar la paz en la justicia. Como declaramos en una reciente Exhortación: "La Iglesia considera ciertamente importante y urgente la edificación de estructuras más humanas, más justas, más respetuosas de los derechos de la persona, menos opresivas y menos avasalladoras..." (Evangelii nuntiandi, 36). ¡Que, por consiguiente, vuestro país y la Santa Sede, animados por un común amor a todos los pueblos de África, trabajen juntos, en los caminos que nos están abiertos, por el desarrollo integral, una mayor justicia y la paz definitiva!

A esta esperanza añadimos nuestros sinceros votos por el feliz cumplimiento de la misión de Vuestra Excelencia, invocando sobre las autoridades y el pueblo de Ghana, la abundancia de las bendiciones divinas.


*L'Osservatore Romano, edición en lengua española, n.49, p.4.



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