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RADIOMENSAJE DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
PARA LA BBC DE LONDRES

 

(En la mañana del viernes 24 de diciembre, durante el programa «Thought for the Day», la BBC de Londres transmitió un radiomensaje del Papa, grabado el miércoles anterior al final de la audiencia general.)

Recordando con gran afecto mi visita de cuatro días al Reino Unido el pasado mes de septiembre, me alegra tener la oportunidad de saludaros nuevamente, más aún, de dirigir mi saludo a los oyentes, dondequiera que se encuentren, mientras nos preparamos para celebrar el nacimiento de Cristo. Nuestros pensamientos vuelven a un momento de la historia en el que el pueblo elegido por Dios, los hijos de Israel, vivían una intensa espera. Esperaban al Mesías que Dios había prometido enviar, y lo describían como un gran líder que los rescataría del dominio extranjero y restauraría su libertad.

Dios siempre es fiel a sus promesas, pero con frecuencia nos sorprende en el modo de cumplirlas. El Niño nacido en Belén trajo ciertamente la liberación, pero no sólo para las personas de aquel tiempo y lugar; él sería el Salvador de todos los hombres, en todos los lugares del mundo y a lo largo de la historia. Y la liberación que él trajo no fue política, lograda con medios militares: más bien, Cristo destruyó la muerte para siempre y restauró la vida por medio de su muerte ignominiosa en la cruz. Y, aunque nació en la pobreza y en el ocultamiento, lejos de los centros del poder terreno, él era el Hijo mismo de Dios. Por amor a nosotros tomó sobre sí nuestra condición humana, nuestra fragilidad, nuestra vulnerabilidad, y nos abrió el camino que lleva a la plenitud de la vida, a la participación en la vida misma de Dios. Mientras meditamos en nuestro corazón en este grande misterio durante esta Navidad, demos gracias a Dios por su bondad para con nosotros, y anunciemos con alegría a quienes están a nuestro alrededor la buena nueva de que Dios nos ofrece librarnos de todo lo que nos oprime, nos da esperanza y nos trae vida.

Queridos amigos de Escocia, de Inglaterra, de Gales y de todas las partes del mundo de habla inglesa, quiero que sepáis que os tengo a todos muy presentes en mis oraciones en este tiempo santo. Pido por vuestras familias, por vuestros hijos, por los enfermos, por todos los que atraviesan cualquier forma de dificultad en este tiempo. Pido de modo especial por los ancianos y los que se acercan al final de sus días. Pido a Cristo, luz de las naciones, que disipe toda oscuridad de vuestra vida y os conceda a cada uno la gracia de una Navidad llena de paz y alegría. Que el Señor os bendiga a todos. 



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