PEREGRINACIÓN
DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
A TIERRA SANTA
(8-15 DE MAYO DE 2009)
VISITA AL CÁRITAS BABY HOSPITAL
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Belén
Miércoles 13 de mayo de 2009
Queridos amigos:
Os saludo afectuosamente en nombre de nuestro Señor Jesucristo, "que murió, más aún, resucitó, está a la derecha de Dios e intercede por nosotros" (cf. Rm 8, 34). Que vuestra fe en su resurrección y en su promesa de vida nueva mediante el Bautismo colme vuestro corazón de alegría en este tiempo pascual.
Agradezco las cordiales palabras de saludo que me han dirigido en vuestro nombre el padre Michael Schweiger, presidente de la Asociación Kinderhilfe; el señor Ernesto Langensand, que está concluyendo su período de jefe de administración del Hospital infantil de Cáritas; y la madre Erika Nobs, superiora de esta comunidad local de las religiosas Franciscanas Isabelinas de Padua.
También saludo cordialmente al arzobispo Robert Zollitsch y al obispo Kurt Koch, representantes respectivamente de las Conferencias episcopales de Alemania y Suiza, que han hecho progresar la misión del Hospital infantil de Cáritas con su generoso apoyo económico.
Dios me ha concedido esta oportunidad de expresar a los administradores, médicos, enfermeros y personal del Hospital infantil de Cáritas mi aprecio por el inestimable servicio que han prestado, y siguen prestando, desde hace más de cincuenta años a los niños de la región de Belén y de toda Palestina. El padre Ernst Schnydrig fundó este hospital con la convicción de que los niños inocentes merecen un lugar seguro donde estén protegidos de todo lo que puede hacerles daño en tiempos y lugares de conflicto. Gracias a la entrega del Children's Relief Bethlehem, esta institución ha sido un oasis tranquilo para los más vulnerables, y ha brillado como un faro de esperanza de que el amor prevalezca sobre el odio, y la paz sobre la violencia.
A los jóvenes pacientes y a los miembros de sus familias que se benefician de vuestra asistencia deseo decirles simplemente: "El Papa está con vosotros". Hoy está con vosotros en persona, pero todos los días os acompaña espiritualmente a cada uno en sus pensamientos y en sus oraciones, pidiendo al Todopoderoso que vele sobre vosotros con su amorosa solicitud.
El padre Schnydrig describió este lugar como "uno de los pequeños puentes construidos para la paz". Ahora que las camas han aumentado de catorce hasta ochenta, atendiendo a las necesidades de miles de niños cada año, ya no es un pequeño puente. Acoge a la vez a personas de diferentes orígenes, lenguas y religiones, en el nombre del reino de Dios, el reino de la paz (cf. Rm 14, 17). De corazón os animo a perseverar en vuestra misión de manifestar caridad a todos los enfermos, a los pobres y a los débiles.
En esta fiesta de Nuestra Señora de Fátima, quiero concluir invocando la intercesión de María, mientras imparto la bendición apostólica a los niños y a todos vosotros. Oremos:
María, Salud de los enfermos, Refugio de los pecadores, Madre del Redentor, nos unimos a las numerosas generaciones que te han llamado "Bendita". Escucha a tus hijos mientras invocamos tu nombre. Tú prometiste a los tres niños de Fátima: "Al final, mi Corazón inmaculado triunfará". Que así suceda. Que el amor triunfe sobre el odio, la solidaridad sobre la división, y la paz sobre toda forma de violencia. Que el amor que tuviste a tu Hijo nos enseñe a amar a Dios con todo nuestro corazón, con todas nuestras fuerzas y con toda nuestra alma. Que el Todopoderoso nos muestre su misericordia, nos fortalezca con su poder, y nos colme de todo bien (cf. Lc 1, 46-56). Pedimos a tu Hijo Jesús que bendiga a estos niños y a todos los niños que sufren en el mundo. Que reciban la salud del cuerpo, la fuerza de la mente y la paz del alma. Pero, sobre todo, que sepan que son amados con un amor que no conoce confines ni límites: el amor de Cristo, que supera todo conocimiento (cf. Ef 3, 19). Amén.
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