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VIDEOMENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A LOS PARTICIPANTES EN EL CONGRESO VIRTUAL CONTINENTAL DE VIDA RELIGIOSA, CONVOCADO POR LA CLAR

[13-15 de agosto de 2021]

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Queridos hermanos y hermanas:

Un saludo a ustedes que participan en este Congreso Virtual Continental de Vida Religiosa, convocado por la CLAR, bajo el lema “Hacia una Vida Religiosa Intercongregacional, Intercultural e Itinerante”.

Gracias por esta participación. Les recuerdo cuán importante es el desafío que nos pone la inculturación de la fe para la vida consagrada. Cuánto bien nos puede hacer descubrir que la unidad no es uniformidad, sino pluriforme armonía (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 220), y no olvidemos que quien hace la armonía es el Espíritu Santo. Una pluriforme armonía para asumir las diferencias, valorar las particularidades, en un espíritu de una sana y abierta interculturalidad.

Vuestra presencia es necesaria para que pueda darse y desarrollarse, por supuesto, una teología inculturada, que pueda ser adecuada a la realidad local, que pueda ser vehículo de evangelización. No olvidemos que una fe que no sea inculturada no es auténtica.  Por ello, los invito a entrar en aquello que nos va a dar en esa realidad, que nos va a dar el verdadero sentido de una cultura que es en el alma de los pueblos. Entren en la vida del pueblo fiel, entren con respeto a sus costumbres, a sus tradiciones tratando de llevar adelante la misión de inculturar la fe, y de evangelizar la cultura. Es un binomio, inculturar la fe y evangelizar la cultura. Valorando lo que el Espíritu Santo ha sembrado en los  pueblos, que es también un don para nosotros (Ibíd. 246).

 Cuando no se da esta inculturación, la vida cristiana y más la vida consagrada termina en las posturas gnósticas más aberrantes y más ridículas. Lo hemos visto, por ejemplo, en el mal uso de la liturgia, por ejemplo. Lo importante es la ideología y no la realidad de los pueblos, y eso no es Evangelio. No se olviden del binomio: inculturizar la fe y evangelizar la cultura.

La vida consagrada es experta en comunión; la vida consagrada es itinerante, es promotora de fraternidad. Sin embargo, en nuestro tiempo se enfrenta a la tentación de “la supervivencia”. Cuántas veces ustedes hacen las cuentas sobre cuántos religiosos o cuántas religiosas tiene mi congregación o las curvas de decrecimiento. Es una tentación la de la supervivencia. Es bueno renunciar al criterio de los números, al criterio de la eficacia, que podría convertirlos a ustedes en discípulos temerosos, encerrados en el pasado y abandonados a la nostalgia. Esa nostalgia que son en el fondo los cantos de sirena de la vida religiosa.

Ante esto, la estrategia y la decisión más sensatas, serían aprovechar la oportunidad de recorrer con el Señor los caminos de la esperanza, reconociendo que el fruto está bajo la guía exclusiva del Espíritu Santo.

Y, ¿qué tenemos que hacer? Metete en el santo pueblo fiel de Dios, respetá al santo pueblo fiel de Dios, evangelizá, da testimonio y lo demás dejalo al Espíritu Santo.

Para ayudar a conseguir el objetivo que ustedes se han propuesto me gustaría recordarles que la alegría, máxima expresión de la vida en Cristo, constituye el mejor testimonio que podemos ofrecer al santo pueblo fiel de Dios, al que estamos llamados a servir y acompañar en su peregrinación hacia el encuentro con el Padre.

Alegría, alegría en múltiples formas. Paz, gozo, sentido del humor. Por favor pidan esa gracia. En la exhortación sobre la santidad quise precisamente poner un capítulo sobre el sentido del humor. Es tan triste ver hombres y mujeres consagrados que no tienen sentido del humor, que todo lo toman en serio. Por favor. Estar con Jesús es estar alegre, es tener también la capacidad que da la santidad de este sentido del humor. Lean ese capitulito en mi exhortación sobre la santidad.

Les deseo un buen encuentro virtual. Que Dios los bendiga. Que el Espíritu Santo les conceda la luz de su gracia para que puedan ser siempre hombres y mujeres de encuentro, de fraternidad. Que la Virgen Santa los cuide. Ella sabe de encuentro, de fraternidad, de paciencia, de inculturación. Sabe todo eso. Que los cuide. Y bueno, como es costumbre, ahora paso la bolsa. No se olviden de rezar por mí que lo necesito bastante. Buen encuentro.

 



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