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DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A UNA DELEGACIÓN DEL PREMIO BIAGIO AGNES

Sábado, 24 de junio de 2023

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Estimadas señoras y señores:

Bienvenidos. Saludo a la doctora Simona Agnes, al presidente doctor Gianni Letta, a los miembros del jurado y a todos vosotros presentes, que por diversos motivos estáis comprometidos en el ámbito de la comunicación. La Fundación que promueve el Premio Internacional de Periodismo e Información lleva el nombre de Biagio Agnes, conocido periodista italiano, protagonista de relieve de la RAI, defensor de su servicio público, capaz de intervenir con sabiduría y decisión para garantizar una información auténtica y correcta.

El Premio ha llegado a la decimoquinta edición: un marco de tiempo que fotografía los grandes cambios aún en curso y permite, al mismo tiempo, sentar las bases para un estilo que encuentra en Biagio Agnes uno de sus inspiradores. En este sentido, quisiera leer también la cercanía a esta iniciativa por parte de la RAI  —representada aquí por sus vértices— y desde hace algunos años también de Confindustria. Sólo juntos, cada uno con sus propias especificidades y prerrogativas, se puede dibujar un horizonte de esperanza.

Es el trabajo cotidiano del periodista, llamado a “consumir las suelas de los zapatos” o a recorrer las calles digitales siempre escuchando a las personas que encuentra. «El periodismo, como relato de la realidad, requiere la capacidad de ir allá donde nadie va: un movimiento y un deseo de ver. Una curiosidad, una apertura, una pasión» (Mensaje para la 55ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 23 de enero de 2021). Es lo que subraya también el Jurado con el Premio reportero de guerra: una atención que, al contar la tragedia y lo absurdo de los conflictos, hace que todos se sientan parte de un mismo sufrimiento. Quisiera indicar, al respecto, tres “elementos” del trabajo periodístico, que tal vez se usan cada vez menos, pero que todavía tienen mucho que enseñar: cuaderno, pluma y mirada.

Cuaderno. Anotar un hecho implica siempre un gran trabajo interior. Se anota porque se es testigo directo o bien porque una fuente, que se considera fiable, lo declara abriendo después a la verificación sucesiva. El cuaderno recuerda la importancia de escuchar, pero sobre todo de dejarse traspasar por lo que sucede. El periodista nunca es un contador de la historia, sino una persona que ha decidido vivir sus implicaciones con participación, con com-pasión.

Pluma. Se usa cada vez menos, sustituida por medios más avanzados, sin embargo, la pluma ayuda a elaborar el pensamiento, conectando cabeza y manos, favoreciendo los recuerdos y vinculando la memoria con el presente. La pluma evoca el trabajo artesanal al que el periodista siempre está llamado: se toma la pluma en la mano después de haber verificado los detalles, examinado las hipótesis, reconstruido y verificado cada paso. En este tejido actúan juntos la inteligencia y la conciencia, tocando sus propias cuerdas existenciales. La pluma recuerda así el “acto creativo” de los periodistas y de los operadores de los medios de comunicación, acto que requiere unir la búsqueda de la verdad con la rectitud y el respeto por las personas, en particular con el respeto de la ética profesional, tal como hizo Biagio Agnes.

Mirada. El cuaderno y la pluma son simples accesorios si falta la mirada sobre la realidad. Una mirada real, no sólo virtual. Hoy, más que en el pasado, se puede estar distraído por palabras, imágenes y mensajes que contaminan la vida. Pensemos, por ejemplo, en el triste fenómeno de las fake news, en la retórica belicista o en todo lo que manipula la verdad. Hace falta una mirada atenta sobre lo que sucede para desarmar el lenguaje y favorecer el diálogo. La mirada debe estar orientada desde el corazón: de allí «brotan las palabras capaces de disipar las sombras de un mundo cerrado y dividido, para edificar una civilización mejor que la que hemos recibido. Es un esfuerzo que se nos pide a cada uno de nosotros, pero que apela especialmente al sentido de responsabilidad de los operadores de la comunicación, a fin de que desarrollen su profesión como una misión» (Mensaje para la 57 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 24 de enero de 2023).

Queridas amigas y queridos amigos, os animo a proseguir en vuestro compromiso de promoción de iniciativas culturales para apoyar la difusión de una información correcta, educando y formando a las jóvenes generaciones. Muchas gracias y felicidades a los premiados. Y, por favor, recuerden rezar por mí. Gracias.



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