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SALUDO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A LOS MIEMBROS DE LA DELEGACIÓN PROCEDENTE DE ALBANIA
GUIADA POR SU GRACIA DEDE EDMOND BRAHIMAJ
Jueves, 16 de enero de 2025
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Querido hermano, Haxhi Baba Edmond Brahimaj,
Excelencias,
queridos amigos,
Saludo cordialmente a esta distinguida delegación de Albania, y en particular de la Comunidad Bektashi, y agradezco al Dicasterio para el Diálogo Interreligioso que ha hecho posible este encuentro. Cada vez que los líderes religiosos se reúnen en un espíritu de estima mutua y compromiso con la cultura del encuentro, a través del diálogo, la comprensión mutua y la cooperación, se renueva y confirma nuestra esperanza de un mundo mejor y más justo. ¡Cuánto necesita nuestra época tal esperanza!
Las relaciones amistosas entre la Iglesia católica, Albania y la comunidad bektashi nos benefician a todos, y confío en que estos lazos se estrechen cada vez más al servicio de la fraternidad y de la coexistencia pacífica entre los pueblos. En estos tiempos difíciles, todos estamos llamados a rechazar la lógica de la violencia y la discordia, para abrazar la del encuentro, la amistad y la colaboración en la búsqueda del bien común. De hecho, nuestras convicciones religiosas nos ayudan a abrazar más claramente estos valores fundamentales, propios de nuestra humanidad común, «permitiendo que el conjunto de las voces forme un noble y armónico canto» (Carta encíclica, Fratelli tutti, 283).
A este respecto, pienso con gratitud en los numerosos momentos de encuentro fraterno que han tenido lugar entre la comunidad bektashi y la Iglesia católica, como la Oración por la Paz en los Balcanes en 1993 y la Jornada Mundial de Oración por la Paz en Asís en 2011. La inauguración del Templo Bektashi en Tirana en 2015 fue un momento especialmente fructífero de acercamiento y amistad. Estoy convencido de que la Comunidad Bektashi, junto con otros musulmanes, cristianos y todos los demás creyentes de Albania, puede servir de puente de reconciliación y enriquecimiento mutuo no sólo dentro de su país, sino también entre Oriente y Occidente. A pesar de los retos del presente, el diálogo interreligioso tiene un papel único que desempeñar en la construcción de un futuro de reconciliación, justicia y paz que los pueblos del mundo, y especialmente los jóvenes, desean tan ardientemente.
Queridos amigos, les aseguro mis oraciones y bendiciones por su importante labor y por todo el querido pueblo albanés. Y también les pido, por favor, que recen por mí. Gracias.
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Boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, 16 de enero de 2025
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