DISCURSO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A UNA PEREGRINACIÓN DE LA DIÓCESIS
ESTADOUNIDENSES DE PROVIDENCE
Sábado 15 de febrero de 1997
Queridos obispos Gelineau y Mulvee;
queridos amigos en Cristo:
Me complace reunirme con vosotros, peregrinos de la diócesis de Providence, con ocasión del 125° aniversario de la fundación de la diócesis.
Habéis querido venir a Roma, la ciudad de los apóstoles Pedro y Pablo, para fortalecer los vínculos de fe y amor entre vuestra Iglesia local y la Sede de Pedro, a quien ha sido confiado, como dice el concilio Vaticano II, la misión de «procurar el bien común de la Iglesia universal y el bien de cada Iglesia» (Christus Dominus, 2).
Espero que vuestra visita os confirme en la fe una, santa, católica y apostólica. Vuestro compromiso, en el umbral del tercer milenio, debe consistir en vivir cada vez más plena y profundamente vuestra herencia católica y transmitirla de forma total e íntegra a las generaciones jóvenes. Con esta intención os encomiendo a todos a la intercesión de María, Madre del Redentor. Que Dios todopoderoso derrame sus gracias sobre vosotros y vuestras familias, y bendiga vuestra diócesis y vuestro país.
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