MENSAJE DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
CON OCASIÓN DE LA INAUGURACIÓN
DE UN SEMINARIO EN PINSK (BIELORRUSIA)
Al venerado hermano Señor Cardenal
KAZIMIERZ SWIATEK
Arzobispo de Minsk-Mohilev
Me ha complacido saber que ya se aproxima la inauguración del seminario mayor interdiocesano de Pinsk. Me congratulo con usted, venerado hermano, que, con solicitud paterna, ha promovido esa obra, junto con toda la comunidad eclesial que está en Bielorrusia, pensando en el servicio que ese edificio renovado podrá dar a la formación de los candidatos al presbiterado, así como a la promoción de una pastoral vocacional eficaz.
Ese edificio, hoy renovado, evoca páginas significativas de la historia vivida por la Iglesia en Bielorrusia. Fue ya el seminario del siervo de Dios Zygmunt Lozinski, inolvidable pastor de la grey de Cristo en ese país en años difíciles del siglo pasado. Luego, el régimen comunista lo confiscó, usándolo para otros fines. Reformado de acuerdo con las finalidades originarias y oportunamente dedicado al patrono universal de los estudios teológicos, santo Tomás de Aquino, se abre ahora para brindar sus servicios a las diócesis de Minsk-Mohilev, Pinsk y Vitebsk.
No podemos menos de ver en este renovado seminario un signo prometedor para el futuro de la Iglesia en esa región. En efecto, el cultivo de las vocaciones sacerdotales es, por excelencia, un trabajo apostólico que mira al futuro, a la "mies" que "es mucha" (Mt 9, 37) y requiere obreros celosos y bien preparados. Por eso, es importante cuidar la formación de los aspirantes a la vida sacerdotal, lo cual supone, ante todo, una insistente y confiada oración al "Dueño de la mies" para que "envíe obreros a su mies" (Mt 9, 38), y exige asimismo una paciente y atenta acción educativa, que acompañe y sostenga a cada uno de los llamados en su crecimiento humano y cristiano.
Usted, señor cardenal, sabe muy bien cuán presente está en mi espíritu la necesidad de una seria formación de los futuros ministros del altar. El servicio pastoral de sacerdotes bien formados y celosos es garantía de un desarrollo sereno para las comunidades cristianas. Precisamente por eso debemos orar sin cesar por esta intención. Deseo de corazón que el seminario mayor interdiocesano de Pinsk llegue a ser, en primer lugar, casa de oración constante por las vocaciones y por los sacerdotes. María santísima vele sobre el seminario, para que ofrezca toda la ayuda oportuna a cuantos pasen en él años importantes de su vida, convirtiéndose así en crisol de numerosos y santos presbíteros.
Asimismo, expreso mi aprecio y gratitud a cuantos, de varias maneras, han colaborado en esa importante obra eclesial, que producirá grandes beneficios a todo el pueblo católico de la región. Dios los recompense a todos.
Con estos sentimientos, le imparto de corazón a usted y a sus colaboradores una especial bendición apostólica, que extiendo de buen grado a las comunidades diocesanas y, en particular, a cuantos se están preparando para el sacerdocio.
Castelgandolfo, 25 de julio de 2001
JUAN PABLO II
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