DISCURSO DEL SANTO PADRE LEÓN XIV
A LOS PEREGRINOS DE LA PARROQUIA
"SANTO TOMÁS DE VILLANUEVA"
DE ALCALÁ DE HENARES (ESPAÑA)
Sala del Consistorio
Lunes, 29 de diciembre de 2025
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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. La paz esté con vosotros.
Muy buenos días. Bienvenidos. ¡Felices fiestas!
Me alegra encontrarme con todos ustedes en este día de la octava de Navidad y os doy la bienvenida. Como comunidad parroquial han preparado mucho esta peregrinación jubilar y, durante este año tan particular para la Iglesia, habéis acompañado al Sucesor de Pedro con vuestras oraciones y generosidad. Os agradezco este gesto de comunión y de cercanía.
Vuestra parroquia está bajo el patrocinio de santo Tomás de Villanueva, un religioso agustino español que estuvo abierto a la acción de Dios en su vida, y cuya disponibilidad lo llevó a hacer mucho bien a la Iglesia y a la sociedad de su tiempo. Conocéis bien su biografía, y la ciudad de Alcalá de Henares, donde vivís, conserva significativas huellas de su paso terreno.
Dando gracias por el testimonio de entrega y fidelidad de este santo obispo, quisiera compartir algunas de sus características distintivas, que pueden ayudarnos a reflexionar a nivel personal, familiar y comunitario. En su vida y en sus escritos, él nos revela una incesante búsqueda de la oración continua, es decir, de una santa inquietud por estar en la presencia de Dios a cada momento. Esto implica una profunda interioridad, conlleva vaciarse de sí mismo para escuchar y para dejar obrar al Señor.
Además de la vida espiritual, santo Tomás de Villanueva se destaca por su laboriosidad. Esta faceta, en un mundo que parece ofrecernos todo de manera cada vez más rápida, más fácil, nos interpela. Su sobriedad y sencillez, su trabajo abnegado —sobre todo en el ámbito universitario— y su celo apostólico nos llevan a pensar que debemos reconocer los talentos que hemos recibido y ponerlos al servicio de la comunidad, con esfuerzo y dedicación, para que se multipliquen en favor de todos.
Por último, quisiera destacar su amor a los pobres, que le mereció el título de “limosnero de Dios”. Me han compartido que en vuestra parroquia este aspecto está muy presente, en gestos y obras concretos –el Obispo me podrá decir después si es verdad eso o no–. Os agradezco esta sensibilidad, porque «el pobre no es sólo alguien a quien se ayuda, sino la presencia sacramental del Señor» (Exhort. ap. Dilexi te, 44).
Queridos peregrinos, los animo a seguir adelante tras las huellas de Cristo, el testimonio de los santos nos alienta y estimula en este apasionante camino. Que Dios os bendiga y que Nuestra Señora del Val os acompañe siempre. Muchas gracias.
Oremos juntos: Padre Nuestro…
Bendición Apostólica del Santo Padre
¡Muchas felicidades, buena peregrinación y feliz año nuevo!
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