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MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A LOS PARTICIPANTES EN EL II SIMPOSIO SOBRE LA ENFERMEDAD DE HANSEN

"NO DEJAR A NADIE ATRÁS"

Roma, Augustinianum, 23-24 de enero de 2023

 

Distinguidas señoras y señores,
hermanas y hermanos:

Extiendo mi más cordial saludo a todos ustedes con ocasión del Segundo Simposio sobre la Enfermedad de Hansen. Les agradezco su compromiso en favor de las personas afectadas por esta patología, a menudo olvidadas y descartadas por la sociedad. Son como el Buen Samaritano que se inclina para curar a los más débiles y devolverles los derechos y la dignidad que les han sido negados.

El Simposio de hoy se celebra pocos días después de la 70ª Jornada mundial de los enfermos de lepra, iniciada por Raul Follereau en 1953 para concienciar a la opinión pública sobre una enfermedad que muchos creían extinguida. Lo que debe preocuparnos, hoy más que entonces, es que no sólo se puede olvidar la enfermedad, sino también a las personas.

La lepra, también conocida como enfermedad de Hansen, es una de las enfermedades más antiguas de la historia de la humanidad. Ni siquiera la Biblia, por sí sola, basta para recordarnos que el estigma asociado a la lepra sigue provocando graves violaciones de los derechos humanos en diferentes partes del mundo. “Hemos crecido en muchos aspectos, aunque somos analfabetos en acompañar, cuidar y sostener a los más frágiles y débiles de nuestras sociedades desarrolladas. Nos acostumbramos a mirar para el costado, a pasar de lado, a ignorar las situaciones hasta que estas nos golpean directamente” (Enc. Fratelli tutti, 64). No podemos olvidar a estos hermanos y hermanas nuestros. No debemos ignorar esta enfermedad, que lamentablemente sigue afectando a tantas personas, sobre todo en los contextos sociales más desfavorecidos.

Por el contrario, convencidos de la vocación de la familia humana a la fraternidad, dejémonos interpelar y cuestionar: “¿Nos inclinaremos para tocar y curar las heridas de los otros? ¿Nos inclinaremos para cargarnos al hombro unos a otros? Este es el desafío presente, al que no hemos de tenerle miedo” (ibíd., 70).

Debemos, pues, aprovechar la ocasión de la Jornada Mundial de los enfermos de lepra para reconsiderar nuestros modelos de desarrollo y denunciar e intentar corregir las discriminaciones que éstos provocan. Ésta es una ocasión propicia para renovar nuestro compromiso de construir una sociedad inclusiva que no deje a nadie al margen.

De hecho, la denuncia debe ir siempre acompañada de una propuesta, como síntesis entre el bien que silenciosamente ya existe y las visiones proféticas, capaces de inspirar una caridad estructurada y una convivencia más justa. En esto, es valiosa su contribución, el estímulo y la ayuda que prestan a las Iglesias locales, para que estén al lado de quien es descartado y sepan acompañar activamente los procesos de inclusión y de desarrollo humano integral.

Debemos preguntarnos, concretamente, cuál es la mejor manera de colaborar con las personas afectadas por la lepra, tratándolas plenamente como personas, reconociendo que son los actores clave en su lucha por participar en los derechos humanos fundamentales y vivir como miembros de pleno derecho de la comunidad.

Confío en que esta conferencia pueda recoger las voces de todo el mundo y debatir las medidas que pueden adoptarse para seguir promoviendo el respeto de la dignidad humana.

Expreso mi cercanía a quienes padecen la enfermedad de Hansen y les animo a seguir trabajando para que no les falte el apoyo espiritual y la asistencia sanitaria. Que las comunidades cristianas se dejen evangelizar por estos hermanos y hermanas y encabecen los esfuerzos por alcanzar su plena integración.

Queridos amigos, que María santísima y los numerosos santos y santas que han servido a Cristo en las personas afectadas por la lepra, les sostengan. Les bendigo de corazón y rezo por ustedes, por los enfermos, por sus familias y por cuantos les cuidan con amor. Que todos puedan experimentar que Jesús ha venido para que todo hombre y toda mujer tengan vida y la tengan en abundancia (cf. Jn 10,10).

Roma, San Juan de Letrán, 17 de enero de 2023, Memoria de San Antonio Abad.

Francisco



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