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EspÃritu, para encender los corazones de los fie-
les que regularmente frecuentan la comunidad y
que se reúnen en el dÃa del Señor para nutrirse de
su Palabra y del Pan de vida eterna ».
11
También
se incluyen en este ámbito los fieles que conser-
van una fe católica intensa y sincera, expresán-
dola de diversas maneras, aunque no participen
frecuentemente del culto. Esta pastoral se orienta
al crecimiento de los creyentes, de manera que
respondan cada vez mejor y con toda su vida al
amor de Dios.
En segundo lugar, recordemos el ámbito de
«â
las
personas bautizadas que no viven las exigencias del
Bautismo
»,
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no tienen una pertenencia cordial a
la Iglesia y ya no experimentan el consuelo de
la fe. La Iglesia, como madre siempre atenta, se
empeña para que vivan una conversión que les
devuelva la alegrÃa de la fe y el deseo de compro-
meterse con el Evangelio.
Finalmente, remarquemos que la evange-
lización está esencialmente conectada con la
proclamación del Evangelio a
quienes no conocen
a Jesucristo o siempre lo han rechazado
. Muchos de
ellos buscan a Dios secretamente, movidos por
la nostalgia de su rostro, aun en paÃses de antigua
tradición cristiana. Todos tienen el derecho de re-
cibir el Evangelio. Los cristianos tienen el deber
de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien
11
âB
enedicto
XVI,
HomilÃa
durante la Santa Misa conclusiva
de la XIII Asamblea General Ordinaria del SÃnodo de los Obispos
(28
octubre 2012):
AAS
104 (2012), 890.
12
IbÃd.