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ración de los mecanismos de participación que
propone el
Código de Derecho Canónico
34
y otras for-
mas de diálogo pastoral, con el deseo de escuchar
a todos y no sólo a algunos que le acaricien los
oÃdos. Pero el objetivo de estos procesos parti-
cipativos no será principalmente la organización
eclesial, sino el sueño misionero de llegar a todos.
32.âDado que estoy llamado a vivir lo que pido
a los demás, también debo pensar en una conver-
sión del papado. Me corresponde, como Obispo
de Roma, estar abierto a las sugerencias que se
orienten a un ejercicio de mi ministerio que lo
vuelva más fiel al sentido que Jesucristo quiso
darle y a las necesidades actuales de la evange-
lización. El Papa Juan Pablo II pidió que se le
ayudara a encontrar « una forma del ejercicio del
primado que, sin renunciar de ningún modo a
lo esencial de su misión, se abra a una situación
nueva ».
35
Hemos avanzado poco en ese sentido.
También el papado y las estructuras centrales de
la Iglesia universal necesitan escuchar el llamado
a una conversión pastoral. El Concilio Vaticano
II expresó que, de modo análogo a las antiguas
Iglesias patriarcales, las Conferencias episcopales
pueden « desarrollar una obra múltiple y fecunda,
a fin de que el afecto colegial tenga una aplica-
ción concreta ».
36
Pero este deseo no se realizó
34
âCf. cc. 460-468; 492-502; 511-514; 536-537.
35
âCarta enc.
Ut unum sint
(25 mayo 1995), 95:
AAS
87
(1995), 977-978.
36
âC
onc
. E
cum
. V
at
. II, Const. dogm.
Lumen gentium
, so-
bre la Iglesia, 23.