 
 
     
     30 
    
 
     
     plenamente, por cuanto todavÃa no se ha expli- 
    
 
     
     citado suficientemente un estatuto de las Confe- 
    
 
     
     rencias episcopales que las conciba como sujetos 
    
 
     
     de atribuciones concretas, incluyendo también 
    
 
     
     alguna auténtica autoridad doctrinal. 
    
 
     
     37 
    
 
     
     Una exce- 
    
 
     
     siva centralización, más que ayudar, complica la 
    
 
     
     vida de la Iglesia y su dinámica misionera. 
    
 
     
     33.âLa pastoral en clave de misión pretende 
    
 
     
     abandonar el cómodo criterio pastoral del « siem- 
    
 
     
     pre se ha hecho asà ». Invito a todos a ser audaces 
    
 
     
     y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, 
    
 
     
     las estructuras, el estilo y los métodos evange- 
    
 
     
     lizadores de las propias comunidades. Una pos- 
    
 
     
     tulación de los fines sin una adecuada búsqueda 
    
 
     
     comunitaria de los medios para alcanzarlos está 
    
 
     
     condenada a convertirse en mera fantasÃa. Ex- 
    
 
     
     horto a todos a aplicar con generosidad y valentÃa 
    
 
     
     las orientaciones de este documento, sin prohibi- 
    
 
     
     ciones ni miedos. Lo importante es no caminar 
    
 
     
     solos, contar siempre con los hermanos y espe- 
    
 
     
     cialmente con la guÃa de los obispos, en un sabio 
    
 
     
     y realista discernimiento pastoral. 
    
 
     
     III.âD 
    
 
     
     esde 
    
 
     
     el 
    
 
     
     corazón del 
    
 
     
     E 
    
 
     
     vangelio 
    
 
     
     34.â Si pretendemos poner todo en clave mi- 
    
 
     
     sionera, esto también vale para el modo de co- 
    
 
     
     municar el mensaje. En el mundo de hoy, con 
    
 
     
     la velocidad de las comunicaciones y la selección 
    
 
     
     37 
    
 
     
     âCf. J 
    
 
     
     uan 
    
 
     
     P 
    
 
     
     ablo 
    
 
     
     II, Motu proprio 
    
 
     
      Apostolos suos  
    
 
     
     (21 
    
 
     
     mayo 1998): 
    
 
     
      AAS  
    
 
     
     90 (1998), 641-658.