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tes por expresar más directamente el corazón del
Evangelio. En este núcleo fundamental lo que
resplandece es
la belleza del amor salvÃfico de Dios
manifestado en Jesucristo muerto y resucitado
. En este
sentido, el Concilio Vaticano II explicó que « hay
un orden o âjerarquÃaâ en las verdades en la doc-
trina católica, por ser diversa su conexión con el
fundamento de la fe cristiana ».
38
Esto vale tanto
para los dogmas de fe como para el conjunto de
las enseñanzas de la Iglesia, e incluso para la en-
señanza moral.
37.âSanto Tomás de Aquino enseñaba que en
el mensaje moral de la Iglesia también hay una
jerarquÃa,
en las virtudes y en los actos que de ellas
proceden.
39
Allà lo que cuenta es ante todo «âla fe
que se hace activa por la caridad » (
Ga
5,6). Las
obras de amor al prójimo son la manifestación
externa más perfecta de la gracia interior del Es-
pÃritu: « La principalidad de la ley nueva está en
la gracia del EspÃritu Santo, que se manifiesta en
la fe que obra por el amor ».
40
Por ello explica
que, en cuanto al obrar exterior, la misericordia
es la mayor de todas las virtudes: «En sà misma
la misericordia es la más grande de las virtudes,
ya que a ella pertenece volcarse en otros y, más
aún, socorrer sus deficiencias. Esto es peculiar
del superior, y por eso se tiene como propio de
38
âC
onc
. E
cum
. V
at
. II, Decreto
Unitatis redintegratio
, so-
bre el ecumenismo, 11.
39
âCf.
Summa Theologiae
I-II, q. 66, art. 4-6.
40
Summa Theologiae
I-II, q. 108, art. 1.