EVANGELII GAUDIUM - page 148

148
187. Cada cristiano y cada comunidad están
llamados a ser instrumentos de Dios para la li-
beración y promoción de los pobres, de manera
que puedan integrarse plenamente en la socie-
dad; esto supone que seamos dóciles y atentos
para escuchar el clamor del pobre y socorrerlo.
Basta recorrer las Escrituras para descubrir cómo
el Padre bueno quiere escuchar el clamor de los
pobres: «He visto la aflicción de mi pueblo en
Egipto, he escuchado su clamor ante sus opreso-
res y conozco sus sufrimientos. He bajado para
librarlo […] Ahora, pues, ve, yo te envío…» (
Ex
3,7-8.10), y se muestra solícito con sus necesida-
des: «Entonces los israelitas clamaron al Señor
y Él les suscitó un libertador » (
Jc
3,15). Hacer
oídos sordos a ese clamor, cuando nosotros so-
mos los instrumentos de Dios para escuchar al
pobre, nos sitúa fuera de la voluntad del Padre
y de su proyecto, porque ese pobre « clamaría al
Señor contra ti y tú te cargarías con un pecado »
(
Dt
15,9). Y la falta de solidaridad en sus necesi-
dades afecta directamente a nuestra relación con
Dios: « Si te maldice lleno de amargura, su Crea-
dor escuchará su imprecación » (
Si
4,6). Vuelve
siempre la vieja pregunta: « Si alguno que posee
bienes del mundo ve a su hermano que está ne-
cesitado y le cierra sus entrañas, ¿cómo puede
permanecer en él el amor de Dios? » (
1 Jn
3,17).
Recordemos también con cuánta contundencia
el Apóstol Santiago retomaba la figura del cla-
mor de los oprimidos: «El salario de los obreros
que segaron vuestros campos, y que no habéis
1...,138,139,140,141,142,143,144,145,146,147 149,150,151,152,153,154,155,156,157,158,...224
Powered by FlippingBook