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89.âEl aislamiento, que es una traducción del
inmanentismo, puede expresarse en una falsa au-
tonomÃa que excluye a Dios, pero puede también
encontrar en lo religioso una forma de consumis-
mo espiritual a la medida de su individualismo
enfermizo. La vuelta a lo sagrado y las búsquedas
espirituales que caracterizan a nuestra época son
fenómenos ambiguos. Más que el ateÃsmo, hoy
se nos plantea el desafÃo de responder adecuada-
mente a la sed de Dios de mucha gente, para que
no busquen apagarla en propuestas alienantes o
en un Jesucristo sin carne y sin compromiso con
el otro. Si no encuentran en la Iglesia una espiri-
tualidad que los sane, los libere, los llene de vida
y de paz al mismo tiempo que los convoque a
la comunión solidaria y a la fecundidad misione-
ra, terminarán engañados por propuestas que no
humanizan ni dan gloria a Dios.
90.âLas formas propias de la religiosidad popu-
lar son encarnadas, porque han brotado de la en-
carnación de la fe cristiana en una cultura popular.
Por eso mismo incluyen una relación personal,
no con energÃas armonizadoras sino con Dios,
Jesucristo, MarÃa, un santo. Tienen carne, tienen
rostros. Son aptas para alimentar potencialida-
des relacionales y no tanto fugas individualistas.
En otros sectores de nuestras sociedades crece
el aprecio por diversas formas de « espiritualidad
del bienestar » sin comunidad, por una « teologÃa
de la prosperidad » sin compromisos fraternos o
por experiencias subjetivas sin rostros, que se re-
ducen a una búsqueda interior inmanentista.