EVANGELII GAUDIUM - page 102

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aunque no sepan hilvanar las proposiciones del
Credo, o en tanta carga de esperanza derramada
en una vela que se enciende en un humilde ho-
gar para pedir ayuda a María, o en esas miradas
de amor entrañable al Cristo crucificado. Quien
ama al santo Pueblo fiel de Dios no puede ver
estas acciones sólo como una búsqueda natural
de la divinidad. Son la manifestación de una vida
teologal animada por la acción del Espíritu San-
to que ha sido derramado en nuestros corazones
(cf.
Rm
5,5).
126. En la piedad popular, por ser fruto del
Evangelio inculturado, subyace una fuerza acti-
vamente evangelizadora que no podemos me-
nospreciar: sería desconocer la obra del Espíritu
Santo. Más bien estamos llamados a alentarla y
fortalecerla para profundizar el proceso de incul-
turación que es una realidad nunca acabada. Las
expresiones de la piedad popular tienen mucho
que enseñarnos y, para quien sabe leerlas, son
un
lugar teológico
al que debemos prestar atención,
particularmente a la hora de pensar la nueva
evangelización.
Persona a persona
127. Hoy que la Iglesia quiere vivir una pro-
funda renovación misionera, hay una forma de
predicación que nos compete a todos como tarea
cotidiana. Se trata de llevar el Evangelio a las per-
sonas que cada uno trata, tanto a los más cerca-
nos como a los desconocidos. Es la predicación
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