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236.âEl modelo no es la esfera, que no es supe-
rior a las partes, donde cada punto es equidistante
del centro y no hay diferencias entre unos y otros.
El modelo es el poliedro, que refleja la confluen-
cia de todas las parcialidades que en él conservan
su originalidad. Tanto la acción pastoral como la
acción polÃtica procuran recoger en ese poliedro
lo mejor de cada uno. Allà entran los pobres con
su cultura, sus proyectos y sus propias potencia-
lidades. Aun las personas que puedan ser cues-
tionadas por sus errores, tienen algo que aportar
que no debe perderse. Es la conjunción de los
pueblos que, en el orden universal, conservan su
propia peculiaridad; es la totalidad de las perso-
nas en una sociedad que busca un bien común
que verdaderamente incorpora a todos.
237.âA los cristianos, este principio nos habla
también de la totalidad o integridad del Evangelio
que la Iglesia nos transmite y nos envÃa a predi-
car. Su riqueza plena incorpora a los académicos
y a los obreros, a los empresarios y a los artistas,
a todos. La mÃstica popular acoge a su modo el
Evangelio entero, y lo encarna en expresiones de
oración, de fraternidad, de justicia, de lucha y de
fiesta. La Buena Noticia es la alegrÃa de un Padre
que no quiere que se pierda ninguno de sus pe-
queñitos. Asà brota la alegrÃa en el Buen Pastor
que encuentra la oveja perdida y la reintegra a su
rebaño. El Evangelio es levadura que fermenta
toda la masa y ciudad que brilla en lo alto del
monte iluminando a todos los pueblos. El Evan-
gelio tiene un criterio de totalidad que le es inhe-