EVANGELII GAUDIUM - page 169

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estamos llamados a cuidar la fragilidad del pue-
blo y del mundo en que vivimos.
III. E
l
bien
común
y
la
paz
social
217. Hemos hablado mucho sobre la alegría y
sobre el amor, pero la Palabra de Dios menciona
también el fruto de la paz (cf.
Ga
5,22).
218. La paz social no puede entenderse como
un irenismo o como una mera ausencia de vio-
lencia lograda por la imposición de un sector so-
bre los otros. También sería una falsa paz aquella
que sirva como excusa para justificar una organi-
zación social que silencie o tranquilice a los más
pobres, de manera que aquellos que gozan de los
mayores beneficios puedan sostener su estilo de
vida sin sobresaltos mientras los demás sobrevi-
ven como pueden. Las reivindicaciones sociales,
que tienen que ver con la distribución del ingre-
so, la inclusión social de los pobres y los dere-
chos humanos, no pueden ser sofocadas con el
pretexto de construir un consenso de escritorio o
una efímera paz para una minoría feliz. La digni-
dad de la persona humana y el bien común están
por encima de la tranquilidad de algunos que no
quieren renunciar a sus privilegios. Cuando es-
tos valores se ven afectados, es necesaria una voz
profética.
219. La paz tampoco « se reduce a una ausencia
de guerra, fruto del equilibrio siempre precario
de las fuerzas. La paz se construye día a día, en
1...,159,160,161,162,163,164,165,166,167,168 170,171,172,173,174,175,176,177,178,179,...224
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