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sean objeto de algunos comentarios sin una ver-
dadera incidencia práctica. No obstante, confÃo
en la apertura y las buenas disposiciones de los
cristianos, y os pido que busquéis comunitaria-
mente nuevos caminos para acoger esta renovada
propuesta.
EconomÃa y distribución del ingreso
202.âLa necesidad de resolver las causas estruc-
turales de la pobreza no puede esperar, no sólo
por una exigencia pragmática de obtener resulta-
dos y de ordenar la sociedad, sino para sanarla de
una enfermedad que la vuelve frágil e indigna y
que sólo podrá llevarla a nuevas crisis. Los planes
asistenciales, que atienden ciertas urgencias, sólo
deberÃan pensarse como respuestas pasajeras.
Mientras no se resuelvan radicalmente los pro-
blemas de los pobres, renunciando a la autono-
mÃa absoluta de los mercados y de la especulación
financiera y atacando las causas estructurales de
la inequidad,
173
no se resolverán los problemas
del mundo y en definitiva ningún problema. La
inequidad es raÃz de los males sociales.
203.âLa dignidad de cada persona humana y el
bien común son cuestiones que deberÃan estruc-
turar toda polÃtica económica, pero a veces pa-
908.
173
âEsto implica « eliminar las causas
estructurales
de las dis-
funciones de la economÃa mundial »: B
enedicto
XVI,
Discurso al
Cuerpo Diplomático
(8 enero 2007):
AAS
99 (2007), 73.