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208.âSi alguien se siente ofendido por mis pa-
labras, le digo que las expreso con afecto y con
la mejor de las intenciones, lejos de cualquier in-
terés personal o ideologÃa polÃtica. Mi palabra no
es la de un enemigo ni la de un opositor. Sólo me
interesa procurar que aquellos que están esclavi-
zados por una mentalidad individualista, indife-
rente y egoÃsta, puedan liberarse de esas cadenas
indignas y alcancen un estilo de vida y de pensa-
miento más humano, más noble, más fecundo,
que dignifique su paso por esta tierra.
Cuidar la fragilidad
209.âJesús, el evangelizador por excelencia y el
Evangelio en persona, se identifica especialmen-
te con los más pequeños (cf.
Mt
25,40). Esto nos
recuerda que todos los cristianos estamos llama-
dos a cuidar a los más frágiles de la tierra. Pero
en el vigente modelo « exitista » y « privatista » no
parece tener sentido invertir para que los lentos,
débiles o menos dotados puedan abrirse camino
en la vida.
210.âEs indispensable prestar atención para es-
tar cerca de nuevas formas de pobreza y fragili-
dad donde estamos llamados a reconocer a Cris-
to sufriente, aunque eso aparentemente no nos
aporte beneficios tangibles e inmediatos: los sin
techo, los toxicodependientes, los refugiados, los
pueblos indÃgenas, los ancianos cada vez más so-
los y abandonados, etc. Los migrantes me plan-