EVANGELII GAUDIUM - page 49

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mite crear un equilibrio y un orden social más
humano. En este sentido, animo a los expertos fi-
nancieros y a los gobernantes de los países a con-
siderar las palabras de un sabio de la antigüedad:
«No compartir con los pobres los propios bienes
es robarles y quitarles la vida. No son nuestros
los bienes que tenemos, sino suyos ».
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58. Una reforma financiera que no ignore la
ética requeriría un cambio de actitud enérgico
por parte de los dirigentes políticos, a quienes
exhorto a afrontar este reto con determinación
y visión de futuro, sin ignorar, por supuesto, la
especificidad de cada contexto. ¡El dinero debe
servir y no gobernar! El Papa ama a todos, ricos
y pobres, pero tiene la obligación, en nombre de
Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a
los pobres, respetarlos, promocionarlos. Os ex-
horto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta
de la economía y las finanzas a una ética en favor
del ser humano.
No a la inequidad que genera violencia
59. Hoy en muchas partes se reclama mayor
seguridad. Pero hasta que no se reviertan la ex-
clusión y la inequidad dentro de una sociedad y
entre los distintos pueblos será imposible erra-
dicar la violencia. Se acusa de la violencia a los
pobres y a los pueblos pobres pero, sin igualdad
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risóstomo
,
De Lazaro Concio
II, 6:
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48,
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