Lumen Fidei - page 54

54
eso forma parte de un diálogo; no puede ser una
mera confesión que nace del individuo. Es posi-
ble responder en primera persona, « creo », sólo
porque se forma parte de una gran comunión,
porque también se dice « creemos ». Esta apertu-
ra al « nosotros » eclesial refleja la apertura propia
del amor de Dios, que no es sólo relación entre el
Padre y el Hijo, entre el « yo » y el « tú », sino que
en el Espíritu, es también un « nosotros », una co-
munión de personas. Por eso, quien cree nunca
está solo, porque la fe tiende a difundirse, a com-
partir su alegría con otros. Quien recibe la fe des-
cubre que las dimensiones de su « yo » se ensan-
chan, y entabla nuevas relaciones que enriquecen
la vida. Tertuliano lo ha expresado incisivamente,
diciendo que el catecúmeno, « tras el nacimiento
nuevo por el bautismo », es recibido en la casa
de la Madre para alzar las manos y rezar, junto a
los hermanos, el Padrenuestro, como signo de su
pertenencia a una nueva familia.
34
Los sacramentos y la transmisión de la fe
40. La Iglesia, como toda familia, transmite a
sus hijos el contenido de su memoria. ¿Cómo ha-
cerlo de manera que nada se pierda y, más bien,
todo se profundice cada vez más en el patrimonio
de la fe? Mediante la tradición apostólica, conser-
vada en la Iglesia con la asistencia del Espíritu
Santo, tenemos un contacto vivo con la memoria
34
 Cf.
De Baptismo,
20, 5:
CCL
I, 295.
1...,44,45,46,47,48,49,50,51,52,53 55,56,57,58,59,60,61,62,63,64,...88
Powered by FlippingBook