EVANGELII GAUDIUM - page 133

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los evangelizadores, pero que se han vuelto parti-
cularmente atractivos para otros.
168. En lo que se refiere a la propuesta moral
de la catequesis, que invita a crecer en fidelidad
al estilo de vida del Evangelio, conviene mani-
festar siempre el bien deseable, la propuesta de
vida, de madurez, de realización, de fecundidad,
bajo cuya luz puede comprenderse nuestra de-
nuncia de los males que pueden oscurecerla. Más
que como expertos en diagnósticos apocalípti-
cos u oscuros jueces que se ufanan en detectar
todo peligro o desviación, es bueno que puedan
vernos como alegres mensajeros de propuestas
superadoras, custodios del bien y la belleza que
resplandecen en una vida fiel al Evangelio.
El acompañamiento personal de los procesos de crecimiento
169. En una civilización paradójicamente heri-
da de anonimato y, a la vez obsesionada por los
detalles de la vida de los demás, impudorosamen-
te enferma de curiosidad malsana, la Iglesia nece-
sita la mirada cercana para contemplar, conmo-
verse y detenerse ante el otro cuantas veces sea
necesario. En este mundo los ministros ordena-
dos y los demás agentes pastorales pueden hacer
presente la fragancia de la presencia cercana de
Jesús y su mirada personal. La Iglesia tendrá que
iniciar a sus hermanos —sacerdotes, religiosos
y laicos— en este « arte del acompañamiento »,
para que todos aprendan siempre a quitarse las
sandalias ante la tierra sagrada del otro (cf.
Ex
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