EVANGELII GAUDIUM - page 127

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ca o el remordimiento. Además, una predicación
positiva siempre da esperanza, orienta hacia el
futuro, no nos deja encerrados en la negatividad.
¡Qué bueno que sacerdotes, diáconos y laicos se
reúnan periódicamente para encontrar juntos los
recursos que hacen más atractiva la predicación!
IV. U
na
evangelización
para
la
profundización del
kerygma
160. El envío misionero del Señor incluye el
llamado al crecimiento de la fe cuando indica:
« enseñándoles a observar todo lo que os he man-
dado » (
Mt
28,20). Así queda claro que el primer
anuncio debe provocar también un camino de
formación y de maduración. La evangelización
también busca el crecimiento, que implica tomar-
se muy en serio a cada persona y el proyecto que
Dios tiene sobre ella. Cada ser humano necesita
más y más de Cristo, y la evangelización no debe-
ría consentir que alguien se conforme con poco,
sino que pueda decir plenamente: «Ya no vivo
yo, sino que Cristo vive en mí » (
Ga
2,20).
161. No sería correcto interpretar este llamado
al crecimiento exclusiva o prioritariamente como
una formación doctrinal. Se trata de « observar »
lo que el Señor nos ha indicado, como respuesta
a su amor, donde se destaca, junto con todas las
virtudes, aquel mandamiento nuevo que es el pri-
mero, el más grande, el que mejor nos identifica
como discípulos: «Éste es mi mandamiento, que
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