EVANGELII GAUDIUM - page 121

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La lectura espiritual
152. Hay una forma concreta de escuchar lo
que el Señor nos quiere decir en su Palabra y de
dejarnos transformar por el Espíritu. Es lo que
llamamos « 
lectio divina
». Consiste en la lectura de
la Palabra de Dios en un momento de oración
para permitirle que nos ilumine y nos renueve.
Esta lectura orante de la Biblia no está separada
del estudio que realiza el predicador para des-
cubrir el mensaje central del texto; al contrario,
debe partir de allí, para tratar de descubrir qué le
dice
ese mismo mensaje
a la propia vida. La lectura
espiritual de un texto debe partir de su sentido
literal. De otra manera, uno fácilmente le hará
decir a ese texto lo que le conviene, lo que le sirva
para confirmar sus propias decisiones, lo que se
adapta a sus propios esquemas mentales. Esto, en
definitiva, será utilizar algo sagrado para el pro-
pio beneficio y trasladar esa confusión al Pueblo
de Dios. Nunca hay que olvidar que a veces « el
mismo Satanás se disfraza de ángel de luz » (
2 Co
11,14).
153. En la presencia de Dios, en una lectura re-
posada del texto, es bueno preguntar, por ejem-
plo: « Señor, ¿qué me dice
a mí
este texto? ¿Qué
quieres cambiar de mi vida con este mensaje?
¿Qué me molesta en este texto? ¿Por qué esto no
me interesa? », o bien: « ¿Qué me agrada? ¿Qué
me estimula de esta Palabra? ¿Qué me atrae? ¿Por
qué me atrae? ». Cuando uno intenta escuchar al
Señor, suele haber tentaciones. Una de ellas es
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