EVANGELII GAUDIUM - page 115

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a otras tareas también importantes. La confianza
en el Espíritu Santo que actúa en la predicación
no es meramente pasiva, sino activa y
creativa
. Im-
plica ofrecerse como instrumento (cf.
Rm
12,1),
con todas las propias capacidades, para que pue-
dan ser utilizadas por Dios. Un predicador que
no se prepara no es « espiritual »; es deshonesto e
irresponsable con los dones que ha recibido.
El culto a la verdad
146. El primer paso, después de invocar al Es-
píritu Santo, es prestar toda la atención al texto
bíblico, que debe ser el fundamento de la predica-
ción. Cuando uno se detiene a tratar de compren-
der cuál es el mensaje de un texto, ejercita el « cul-
to a la verdad ».
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Es la humildad del corazón que
reconoce que la Palabra siempre nos trasciende,
que no somos « ni los dueños, ni los árbitros, sino
los depositarios, los heraldos, los servidores ».
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Esa actitud de humilde y asombrada veneración
de la Palabra se expresa deteniéndose a estudiarla
con sumo cuidado y con un santo temor de ma-
nipularla. Para poder interpretar un texto bíblico
hace falta paciencia, abandonar toda ansiedad y
darle tiempo, interés y dedicación
gratuita
. Hay
que dejar de lado cualquier preocupación que
nos domine para entrar en otro ámbito de se-
rena atención. No vale la pena dedicarse a leer
113
 P
ablo
VI, Exhort. ap.
Evangelii nuntiandi
(8 diciembre
1975), 78:
AAS
68 (1976), 71.
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Ibíd.
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